Hoy en Más Que Coches GT probamos un deportivo descapotable fabricado en España que no tiene mucho que envidiar a otras pequeñas marcas que trabajan de forma artesanal. Se llama Tauro y este es el resultado de una prueba muy especial.
Potencia, esencia deportiva y exclusividad. Esto es lo que ofrece el fabricante Tauro Sport Auto con su V8 Spyder, un coche que sorprende desde que pones en marcha su motor y sientes su bramido. Sin duda, estamos ante el automóvil que James Dean hubiera deseado.
El Tauro es un coche pequeño, bajo y corto, pero a la vez suave, aerodinámico y agresivo. El techo es de lona, pero su línea hay que admirarla a cielo abierto. Tiene llantas de 19 pulgadas delante y 20 detrás, faros con LED diurnos y una calidad de terminación propia de un producto absolutamente artesanal.
Cuando se accede al interior nos encontramos con un espacio cómodo y lujoso. Todo está forrado en cuero y la posición de conducción es baja, deportiva y el conductor está situado justo por delante de las ruedas traseras. Esto hace que las sensaciones a bordo del Tauro sean mucho más intensas.
Analizando este modelo nos damos cuenta de que ha tomado como base al Opel GT, pero ha sido convenientemente adaptado para absorber el incremento de potencia. Y es que esta bestia monta un propulsor V8 con 6,2 litros que rinde una potencia de 440 CV. Una mecánica que procede del Corvette y que se distingue por un rendimiento espectacular.
Tan espectacular como sus prestaciones, ya que es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en sólo 4 segundos para alcanzar una velocidad máxima de 295 km/h. Además, el tacto del cambio es duro, pero muy preciso y dispone de diferencial autoblocante.
Pero esto no es todo, porque Tauro Sport Auto ofrece paquetes de alto rendimiento entre los que no faltan uno de aumento de potencia hasta los 530 CV, o un kit de piezas de carbono que reduce los 1.350 kilos de peso a unos ajustados 1.200 kilogramos.
Y os preguntaréis cómo se comporta esta máquina. Pues sorprendentemente bien con los controles activados, ya que es noble y fácil de gestionar, pero si desconectamos y lo exprimimos a fondo, es como estar sentado en un toro bravo. Cada cambio de marcha te impulsa con la fuerza de una patada y la velocidad aumenta a un ritmo casi diabólico.
El paso por curva es rápido pero nada sencillo, ya que la sola insinuación del gas se transmite de manera instantánea a las ruedas posteriores. Por su parte, la frenada es contundente y realmente estable. Y es que después de probar este vehículo, la conclusión es sencilla: es uno de los coches más divertidos que han pasado por el programa.
Esto es Tauro, una compañía que fabrica coches que todos deseamos, pero que ninguno nos atrevemos a comprar. Una joya para los sentidos que está a la venta por un precio de 100.000 euros.