Bertín asegura que Quique es un regalo de la vida y tanto él como Fabiola intentan que la vida del pequeño sea lo más llevadera posible con su enfermedad: “Si no podemos sacarlo adelante al 100%, porque es algo difícil, al menos que mejoren todos esos niños. Es nuestra obligación moral, ayudar a otros que hagan lo mismo y por eso creamos la Fundación. Quique nos ha unido en nuestro matrimonio”, confiesa Bertín.