Concha Velasco, al igual que muchos otros artistas de la época, asistía a las fiestas que Carmen Polo y Francisco Franco organizaban en el Palacio de la Granja de San Ildefonso. Allí, acompañada de personalidades como la gran Lola Flores, Concha actuaba y daba rienda suelta a sus dotes interpretativas inventando todo tipo de personajes para entretener al dictador y a su esposa.
Concha ha explicado que, aunque muchos artistas se empeñen en negarlo, todos los grandes de la época acudían a la llamada de la pareja: "Si Franco no te invitaba, malo". Concha ha contado que cada año que asistían recibían un regalo: "El primer año una pulsera, el segundo una bandeja… Según iban pasando los años recibías regalos más importantes".
En una ocasión, Concha abrió las puertas de su casa para que le hiciesen un reportaje y se propuso quitar aquellos regalos, pero su hijo Manuel la convenció de lo contrario: