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En ocasiones, las cosas más inesperadas dicen más de nosotros mismos que nuestras palabras. Todos hemos oído eso de que nuestras elecciones diarias nos definen, y nuestro aspecto es una de carta de presentación clave ante los demás. Elementos como nuestra ropa tienen mucho de psicológico. Esto también les sucede a las protagonistas de 'Madres'.
Estas mujeres, distintas y muy diversas, han logrado crear un verdadero vínculo de apoyo y sororidad entre ellas con el que afrontar las duras historias con las que conviven en el hospital. Los personajes de 'Madres' siempre tienen una palabra de ánimo o un consejo. Pero si has visto ya algún episodio de la primera temporada, disponible íntegramente en Amazon Prime Video, sabes que no solo se expresan mediante sus conversaciones y sus gestos.
El diseño de los personajes está cargado de simbolismo. Y la ropa o los accesorios que acostumbran a llevar encima son mucho más que una simple decisión estética. Estos elementos nos hablan de ellas mismas, de sus actitudes ante la vida, sus miedos y sus preocupaciones.
La madre de Elsa intenta dominar todo lo que tiene a su alrededor pese a que muchas cosas están cambiando en su entorno y se escapan a su control, algo que no lleva demasiado bien. Su nivel de autoexigencia es altísimo: siempre quiere que todo esté perfecto, y esto se refleja en su ropa.
Las prendas que tiende a utilizar Marian se distingue por su formalidad, seriedad y elegancia. Hasta podríamos decir que rozan lo que tradicionalmente ha sido asociado con lo masculino: camisas, chalecos… Marian quiere ser la que está al mando de todo, en una renovada idea matriarcal que se enfrenta al clásico patriarcado de un mundo controlado por hombres, adquiriendo prendas que solían relacionarse con el estatus de este género, para romper con esas normal establecidas. Su aspecto suele ser impoluto: le gusta controlarlo todo.
En comparación con otras de las madres, podría parecer que Luisa descuida su vestuario. Y es normal: tuvo que venirse del pueblo a Madrid tras el accidente de Andy y es probable que no prestase mucha atención a la maleta. Pero lo cierto es que su vestuario también desvela mucho de ella.
Las chaquetas gorditas y cómodas, y las prendas básicas son su fondo de armario: nos dejan claro que Luisa no se preocupa en exceso por su aspecto y que antepone al estilo la comodidad porque lleva tanto en el hospital que se siente como en su casa. Deja claras sus prioridades. Hasta el uso recurrente de los cinturones deja entrever algo más: ¿se siente atada a algo, su vida presente le cohíbe? Solo se arregla para las ocasiones muy especiales.
La más veterana de las madres del hospital tampoco tiene la moda entre sus preocupaciones. Las prendas básicas y cómodas denotan que el hospital es un lugar en el que echa horas. Por eso solemos verla con diademas con las que se recoge el pelo: no quiere que nada le moleste.
Pero si hay algo que asociamos a su personaje es su inseparable carro. Lleno de tuppers de todo tipo y de botellas que nunca contienen lo que aparentan, se ha convertido en un elemento más de la decoración del centro. Su simbolismo es claro: su vida es el hospital y lleva consigo todo lo que necesita para hacerla más llevadera.
Su trabajo ha sido lo que ha vertebrado su vida. Y también su ropa es reflejo de ello: tacones, trajes de chaqueta, prendas caras… El estilo de Carmen refuerza la idea de que su faceta laboral como ejecutiva tiene un peso determinante en su día a día.
Sabe a la perfección que su aspecto es su mejor carta de presentación, y está acostumbrada a tener que dar la talla, también a nivel estético, para no pasar desapercibida en un mundo dominado por hombres.