Las Navidades ya están a la vuelta de la esquina, lo que significa, por un lado, que se avecina la ocasión perfecta para descansar y acabarte esa serie que tenías pendiente, como por ejemplo, la segunda temporada de 'Madres', disponible en Amazon Prime Video.
Y, en segundo lugar, que por fin ha llegado la época del año más familiar, momento en el que no podemos evitar recordar a nuestros seres queridos. Aunque cada familia tenga sus defectos y, en ocasiones, sean unos maestros en sacarnos de quicio, no podemos negar que las queremos con todo nuestro corazón.
Lo mismo les pasa a los protagonistas de nuestra serie preferida. En ‘Madres’, las familias se muestran sin trampa ni cartón, con todos sus problemas internos, sus fuertes y flaquezas y su lucha por salir a flote.
Por ello, hoy os traemos un artículo en el que reunimos las historias detrás de las familias de la serie, historias complicadas y tiernas que te robarán el corazón.
Probablemente, los Morán sean la familia menos convencional de la serie. Con un padre desaparecido y una madre viviendo en una adolescencia permanente, Cris, la hija de quince años, parece ser la encargada de mantener la estabilidad del núcleo. Por si esto fuese poco, Charlie, la pareja de su madre, amenaza aún más el equilibrio familiar al sentirse atraído por la joven Cris, recordemos, menor de edad. ¿Serán capaces Claudia y Cris de dejar a un lado a Charlie y adoptar el papel que les corresponde en la familia?
Luisa + Andy + Antonio = bomba de relojería. A los ataques de ira de Andy, se le suma el carácter mandatario de su madre Luisa, quien cree saber qué es lo mejor para su hijo. Lamentablemente, parece no estar yendo en la dirección adecuada. Así se lo hará saber Eduardo, el nuevo médico del hospital, que iniciará una terapia para que Antonio encuentre su lugar en la familia y Luisa aprenda a delegar: ¿conseguirán así que Andy mejore?
La familia más conservadora y a la que, paradójicamente, le toca asumir la temática más transgresora de la serie: la transexualidad de su hijo Tomás, quien lucha por ser Violeta.
En esta familia los roles de género están fuertemente instaurados: el padre, Tomás, es un hombre acomplejado e inseguro que no asume la transexualidad de su hijo. Charo, por su parte, encarna el rol de madre cuidadora, anteponiendo el amor a sus prejuicios y mostrándose proclive al cambio.
Los Martínez Peña son adrenalina en estado puro. Alicia y Óscar tienen una personalidad impulsiva y visceral que no pueden controlar. Óscar no tarda en demostrar el hombre que es: un acosador incapaz de aceptar un no por respuesta.
Alicia, quien aún no asume la muerte de su hijo mayor José, trata con indiferencia y falta de apego a Iván. ¿Pero por qué le rechaza tanto? Una incógnita que es respondida en la temporada 2.
Qué duro es ver a un matrimonio en el que ya no queda amor. Y sino, que se lo digan a Eduardo, el hijo de Eva y Gonzalo, que está condenado a ver cómo la separación entre sus padres es más palpable que nunca.
El médico tendrá que asumir, además, la atracción que su padre siente por una de las protagonistas. Gonzalo vivirá esta clandestina relación con miedo y culpabilidad: miedo a que Eva se entere, culpabilidad por estar haciéndolo con ella indefensa y con una salud cada vez peor.
Por si el bullying no fuese un problema suficientemente grave, imagínate que el agresor es tu propio primo. Eso es lo que le ocurre a Daniel, un joven de 12 años que sufre el bullying ejercido por su primo Salva.
Las diferencias entre estas dos familias hacen que nos cueste creer que Virgina y Pablo, los padres de los jóvenes, sean hermanos. Pablo, padre de Salva, es una persona de clase baja, algo bruto, que no le ha marcado límites a su hijo y con el que pretende establecer una relación de “colegas”. Virgina, madre de Dani, ha ascendido socialmente y disfruta de una situación económica más pudiente. Las diferencias entre estos familiares generarán una situación de tensión difícil de resolver.
En esta nueva temporada, las familias lucharán más que nunca por sobreponerse a las adversidades. Aunque no lo tendrán nada fácil. A sus problemas personales se une la complicada situación que viven en el hospital, por la que tendrán que demostrar que, en lo bueno y en lo malo, las familias deben permanecer unidas.