Parte de la brigada logró escapar de la aldea yihadista en la que se encontraban atrapados gracias a la ayuda de las Peshmergas, pero el resto del operativo no tenía opción de hacerlo. Los terroristas eran más fuertes y utilizaron la peor de las armas para reducirles: un misil directo a la casa en ruinas en la que intentaban protegerse. Cuando les daban por muertos, Martina, Carlos, Montse y el resto de la brigada lograron salir de entre los escombros.