Llegó al plató de 'La Voz' como un artista más. Muy nerviosa y con dolor de cabeza, la presentadora quiso vivir en primera persona lo que sentían todos los artistas cuando se subían al escenario y, sobre todo, lo que experimentaban cuando ninguno de los coaches se diera la vuelta. Rosario Flores continuaba la broma: "Te había imaginado de otra forma, he dicho ¡Cómo aplauden! ¡Qué barbaridad!"