María Teresa estaba deseando conocer en persona a María Gabriela, la hija de Edmundo, con la que había hablado mucho pero nunca había visto. La matriarca de Las Campos disculpó la ausencia de sus hijas por un problema de grabación sin saber el verdadero motivo de que sus hijas no comieran ahí: la hija de Edmundo las había vetado, no quería comer con ellas ni encontrárselas más tarde; eso sí, no dijo nada de nada… ¡Se avecina tormenta y de las buenas!