Una llamada de teléfono despertaba a Carmen y la dejaba sin palabras. ¿Qué había pasado? Que la habían llamado de la productora, desde Madrid, para comunicarle que María Gabriela, la hija de Edmundo, no quería ni comer con ellas ni encontrarse con ellas tras la comida. Además, creyendo que era todo una broma, Carmen pidió pruebas y le enviaron los mensajes que confirmaban la traición. “¿Pero qué le hemos hecho nosotras? Se me ha puesto mal cuerpo y todo”, decía Terelu. Había otro problema aún: ¿le decían lo que sucedía a Edmundo y María Teresa o mentían y decían que no podían acudir para no hacerles pasar un mal rato?