La Cuqui está un poco agobiada, no sabe lo que le espera el futuro y es que siente que vida está bloqueada. Así que aconsejaba por la chupipandi decide ir a una vidente para que le lea las cartas. Y no solo va a una, hasta con tres pitonisas diferentes habla y todas coinciden que hasta que no acepte que el amor de su vida es Amador, todo va a seguir siendo una mierda.
Cuando ya está resignada con esta información, Maite va al trastero para proponerle al Cuqui resetear su relación, es decir, comenzar de nuevo. Le invita a cenar e intentarlo.
Pero Amador está también bloqueado, dos mujeres parece que están detrás de él. Y él no quiere seguir dando “tumbos de ciego”, ahora se quiere centrar en conocer a las dos.
Fermín, como gran seductor y amante, le explica que es muy fácil. Lo que tiene que hacer es ir a cenar con las dos el mismo día. Y Amador primero se va con la Cuqui, y cuando ella quiere tema le explica que “yo no pincho nunca la primera noche, como soy un gentleman”. Y tras esto, se va a cenar con Irene (Mónica Cruz), una atractiva veterinaria que no busca hombres sin dinero y con hijos.