La relación entre Alba y el expadre Alejandro estaba pasando por un momento complicado. La hija del Recio sospechaba que su novio era gay, a pesar de que cuando se lo preguntó directamente, él lo negó. Pero Fermín se fue de la lengua y acabó revelándole a Peluquitas que había pillado a Alejandro y al exorcista becario abrazados en su cama… ¡Los dos habían tenido un lío entre sotanas cuando estaban en el seminario!
Alejandro trabaja en el supermercado, promocionando sopas tirolesas que nadie compra porque, según pudo comprobar Fermín, están malísimas. Alba fue a buscarle allí y montaron una escena a la vista de todos: la hija del Recio le preguntó directamente a su novio si era gay y si estaba liado con su amigo el exorcista becario, con el que coincidió cuando Fermín le contrató para sacarle el demonio de dentro a Ursulita. El excura lo negó, pero acabó reconociendo que igual “un poco gay sí que soy”. “Pero yo te quiero igual, esto no tiene por qué afectar a nuestra relación”, le dijo a su novia.
Alba no lo ve de la misma manera. Empezó a sospechar cuando él la pidió que se quitara la peluca durante sus relaciones sexuales y ahora todo se ha confirmado. Por eso, Peluquitas ha tomado una decisión drástica: acabar con la relación.
La hija del Recio tiene muy mala suerte con sus novios y su corazón ha vuelto a romperse en mil pedazos. Ha vuelto a casa de sus padres, mientras que Alejandro ha descolgado la sotana y ha aceptado volver a trabajar para la Santa Madre Iglesia. A Berta no le ha parecido tan mal: su hija ha perdido un novio, pero ella ha ganado un cura.