Ni una sola ausencia en sus 178 capítulos: los cinco personajes que nunca han fallado en las trece temporadas de 'La que se avecina'
Aunque a lo largo de las trece temporadas muchos han sido los cambios por los que ha pasado 'La que se avecina', la serie más longeva de Mediaset, hay cosas que no cambian entre los vecinos del barrio más popular.
Después de tantos años en antena, sus personajes se han convertido en familia para sus fieles seguidores. Aunque hemos tenido que decir adiós a algunos de los vecinos más queridos por todos, hay otros que siguen al pie del cañón y que no se han perdido ni uno de sus capítulos.
A lo largo de sus casi 16 años de trayectoria. hay cinco personajes se han dejado ver en los 178 episodios que, de momento, tiene la serie. Maite Figueroa (Eva Isanta), Amador Rivas (Pablo Chiapella), Antonio Recio (Jordi Sánchez), Berta Escobar (Nathalie Seseña) y Coque Calatrava (Nacho Guerreros) son los más longevos en 'LQSA'.
Todos ellos se han mantenido fijos y, a pesar de sus idas y venidas dentro del propio edificio y de sus crisis personales y familiares, han seguido formando parte de la serie desde el primer episodio hasta el último.
Bruno y Fermín, compañeros de piso
Bruno, atropellado por la soledad tras la marcha de Enrique a EEUU a cuidar a su hijo Dylan, intenta rellenar ese agujero emocional acogiendo a Fermín en su casa y contratándole también de gerente de la cafetería-librería que ha abierto en el local de la esquina. Fermín compaginará este trabajo con la gestión del piso turístico que Lola ha montado en el edificio.
Bruno intentará llevar una vida tranquila y feliz, pero Fermín le arrastrará a las locuras provocadas por su innata curiosidad de pícaro de playa, incluyendo investigar la vida de la inquietante vecina de enfrente y su traumático pasado.
Menchu y Yoli, una cuestión de peso
Yoli, abandonado el vicio de fumar, se entrega al de comer hasta multiplicar su peso por tres. Avergonzada, intenta permanecer oculta de las miradas inquisitivas de los vecinos. Menchu pondrá todo su empeño en ayudar a Yoli a adelgazar para que por fin pueda encontrar un novio que le dé su ansiado nieto.
Fina, en su salsa
A sus 77 años tiene más energía que nunca, y toda la dedica a amargar la vida a los vecinos que le caen mal, sean viejos o nuevos. El centro urbano es su nuevo coto de caza. Será la compañera incansable de Menchu en todas sus aventuras, unas Thelma y Louise de la tercera edad
Maite y su nueva pareja
Tras cincuenta y un años recién cumplidos, Maite por fin ha conseguido mantener una relación con un hombre “normal”: Alonso, un hombre más joven que ella y empresario de éxito, que es todo lo que Amador nunca fue. Su relación sufrirá un bache cuando Alonso consiga la custodia compartida de sus hijos, Valentina y Enzo. Maite se verá obligada a revivir la maternidad, solo que con los hijos de otro. Entrará en conflicto directo con Inma, la madre de los niños y ex de Alonso, una mujer de difícil carácter que le hará la vida imposible.
Antonio, Berta y su nueva vida en el centro
Antonio, recién salido de la cárcel, descubrirá que su nueva vida es peor que seguir entre rejas; no solo tendrá que lidiar con los inconvenientes de vivir en un bajo interior en el centro de Madrid, sino que deberá realizar todo tipo de trabajos precarios para resucitar su imperio.
Como parte de su resurrección personal, su objetivo será también derrocar a la presidenta su comunidad, Greta Garmendia. No faltarán los enfrentamientos con Victoria Rafaela, marquesa venida a menos y némesis de Antonio.
Antonio deberá también aprender a convivir también con sus “vecines” de enfrente, tres compañeros de piso veinteañeros y alternativos que han hecho compañía a Berta durante el cautiverio de su marido, y que son lo opuesto a lo que él considera gente “normal”.
Amador y Agustín, una muy extraña pareja
Amador, arruinado tras haberse gastado el dinero de la expropiación en la educación de sus hijos, se ha instalado en casa de Agustín y sobrevive pluriempleado con trabajos variopintos. Agustín, hipocondríaco y obsesionado con la asepsia y la desinfección tras la pandemia, tolera su presencia mientras pague su parte, aunque sus opuestos estilos de vida seguirán entrando en conflicto. Gracias a la medicación sus personalidades no se manifiestan… de momento.
Amador hará buenas migas con dos nuevos personajes: uno es su nuevo vecino, Óscar, un fotógrafo con la vida que él siempre había soñado. El otro es Alonso, ni más ni menos que el novio de su ex, un extraño triángulo que reavivará los conflictos entre los Cuquis.