El descorazonador testimonio de Palmi tras perder su negocio familiar en la DANA: "Con 54 años, no sé cómo voy a empezar de nuevo"

La panadería de Palmi en Paiporta ha quedado completamente destrozada debido a la DANA y al lodo arrastrado por la riada en Valencia. En 'La mirada crítica', hemos querido conocer más sobre este negocio centenario, que pertenecía a sus abuelos y que fue heredado por Palmi y su hermano. Ambos eran conocidos en el pueblo por su pan y bollería de calidad. "Nosotros lo hemos heredado, no lo hemos creado. Con todo el dolor en nuestro corazón, ayer pedimos la liquidación de la empresa", ha explicado la propietaria, visiblemente afectada.

Palmi ha recordado el momento en que la riada arrasó su negocio. "Hemos perdido todo; cuando el agua llegó, las neveras estaban flotando y menos mal que me acordé de bajar los plomos", ha contado sobre la noche en que se vieron obligados a ponerse a salvo. "El mostrador lo arrancó el agua, flotó y rompió el techo", ha añadido. La empresaria lamenta la pérdida de su panadería y reconoce que, junto a otros negocios vecinos, no tienen recursos para recuperarse.

El caso de Palmi refleja la realidad de muchos valencianos que han perdido todo y no tienen recursos para reabrir sus negocios. "Mi hermano tiene 50 años y yo 54, no podemos remontar nada. No soy el único caso, aquí hay un montón de negocios que conocemos y lo hemos perdido todo", ha explicado sobre la calle donde estaba su panadería.

Una vida dedicada a su panadería

"Mi currículum es llevar un horno de pastelería desde los 16 años. La clientela venía de padres a hijos, gente de los alrededores", ha comenzado a relatar, pero su voz se quiebra en medio de la emoción. "Quiero darles las gracias porque, gracias a ellos, hemos podido estar aquí todos los días trabajando", ha declarado entre lágrimas.

Palmi ha recalcado que durante la pandemia nunca dejó de abastecer de pan a sus vecinos. Ahora, se enfrenta a una nueva y dolorosa realidad: "La primera barra de pan que pedí fue en la parroquia", ha confesado.

A sus 54 años, Palmi intenta afrontar la situación, comenzando por "aclarar todo" y luego buscar trabajo para salir adelante: "Si me hubiese pillado con 30 años, a lo mejor me hubiese comido el mundo, pero ahora no. Así que mi hermano y yo buscamos trabajo". "Vamos a hacer las cosas lo mejor posible, pero como yo habrá muchos... Esto ha sido un desastre", ha concluido.