Marina se quedaba en 'shock' en la última hoguera al enterarse de que Álex se había hecho un tatuaje con la inicial de Yaiza, lo que le le hacía no salir de su asombro y reírse por partes iguales y tras esto, mantiene una conversación con Miguel de Hoyos en la villa, en el que le dice cómo se siente.
“¿Quién le iba a decir a él que se iba a enamorar?”, se pregunta Marina y Miguel responde a esto: “No se ha enamorado, eso lo puede decir de palabra, pero el chaval no está bueno de la cabeza”. Ella le recuerda que se ha tatuado su nombre y aquí echa la vista atrás sobre las cosas que le habían advertido sus seres queridos sobre Álex:
"Me lo decía mi madre, mis amigas: ‘Quítate a esa persona’. Yo es que tenía costumbre con él. Pensaba que me iba a hundir en la mierda al dejarle, llegué a perdonarle porque pensaba que sin él me moría, pero aquí no me he dado cuenta que no me muero”, explica a su compañero mientras están sentados en el sofá.
Además, le cuenta al tentador con el que más complicidad tiene que lo que más le duele de todo es que siempre me he estado acordando de él: "Aunque yo haya hecho cosas con Manu, no me arrepentía, pero pensaba que lo iba a ver, que le iba a doler y no quería que lo pasase mal”. Por ello, cree que "no le ha importado nunca", algo que él mismo le ha dicho a Yaiza en su villa y ella ha visto en imágenes, le cuenta a Miguel.