Si el primer capítulo de ‘La Isla de las Tentaciones’ 4 fue fuerte, el segundo nos ha dejado totalmente impactados. El programa arrancaba con las citas entre las chicas y chicos con los solteros. Una elección que pudimos ver en el programa anterior, en la ceremonia de collares.
Los chicos y sus citas primero hicieron una ruta a caballo para después charlas a solas con las chicas que habían elegido en una paradisiaca playa. Por otro lado los chicos y sus citas fueron a una cascada en medio de la selva donde charlaron tranquilamente y salieron las primeras confesiones.
La tensión entre Rosario y Suso la podemos ver desde que comienza su cita. Basta con que ella diga que se siente muy a gusto con él para que empiece el acercamiento: “¡Uy, qué peligro!”, dice ella. Suso asegura que para nada es un chico peligroso pero ella no lo tiene claro: “Eres canario, tienes la sangre caliente. Y más por cómo miras, que miras muy intensamente. Nunca te miro porque me pones nerviosa”.
Rosario reconoce que hace mucho tiempo que no siente ese nerviosismo al mirar a los ojos a un chico: “¡Parezco tonta!”, dice ella mientras no puede mirarle a los ojos sin que se le escape una risilla tonta. Rosario además lo tiene claro: “Tenemos conexión porque nos parecemos un montón. Congeniamos mucho y somos muy pillos”, reconoce.
“Si yo hubiera estado soltera probablemente sí eres un chico en el que me fijaría, por tu personalidad y porque eres guapo. No se te ve tonto”. A Zoe le encanta que Miguel, además de ser un chico “educado y respetuoso”, sea alguien con quien lo puedes pasar muy bien. Él por su parte, le aconseja a ella que disfrute de esta experiencia: “Tú has venido aquí a pasártelo bien y ponerte a prueba”. Después Miguel confesaba que creía que podría llega a gustarle a Zoe.
Steven lo tiene muy claro: “Vine con el propósito de conocer a una chica como tú. Si he visto a una chica que entra dentro de mi gusto, voy a ir a por ti, lo tengo claro”, le confesaba él sin dar muchos rodeos. Por su parte, ella también confiesa que él entra dentro de sus prototipos por ser alto, moreno y por su color de ojos.
“Yo veo que vienes a por mí, la verdad. Noto tus miradas todo el rato”, le decía ella. Algo que no ocultó en ningún momento: “Sí, y te busco con la mirada”. Ella reconoce sentirse muy a gusto con él porque hace notar que le gusta pero también “mantiene la distancia”.
Sandra llegaba a su cita subida en los hombros de Rubo y ambos sin parar de reír, ella reconoce que no se esperaba una cita así. “En comparación con los otros chicos, con el que más me puedo poner a prueba es contigo, eso está clarísimo”, le dice ella. Por parte de él, tiene claro que su prototipo de chica es ella.
“No a cualquier persona le dejo acceder a mí, con lo cual, estoy sorprendida porque Rubo ha conseguido que sea yo misma”, afirma Sandra. Él por otra parte, también reconoce sentirse muy a gusto con ella: “Tiene esa chispa de locura que yo necesito en una mujer”.
Gal·la no se anda con rodeos y lo primero que hace a Alberto es una pregunta muy clara: “Yo lo que quiero saber es si de verdad has venido aquí a conquistarme”. Ella explica que necesitaba hacerle esa pregunta porque no quiere estar teniendo citas con alguien que se pueda convertir en un “hermano mayor”. “Por supuesto. Me atraes físicamente y me pareces un bombón de niña, la verdad”, contestaba él.
Gal·la tiene claro que no quiere estar perdiendo el tiempo y espera de verdad ponerse a prueba y Alberto es un gran candidato para ello: “Pienso que eres un chico con el que me puedo poner a prueba de verdad. Creo que no estás buscando a otras chicas y veo que estás más pendiente de mí y eso me gusta. He elegido bien”.
Tras sus primeros tonteos, por fin Diriany y José tienen su primera cita a solas para poder charlar. Ella le confiesa que, de todos los chicos, él es el que más le atrae sexualmente, algo que él ya se podía imaginar por el collar que le puso ella. Diriany además tiene claro que Josué está muy receptivo con ella.
Pero eso es algo que Josué ha tardado poco en confirmarle: “Eres el perfil de chica que yo tengo idealizado y mi novia lo sabe”. Después, confesaba: “Físicamente me gusta, me impone un poco y veo que hay feeling entre los dos”.
Nico solo ve diferencias entre Gal·la y Rosana: “Tú eres más alegre, estás todo el día feliz. A mí me cuesta sacar esa sonrisa de mi novia y a mí eso me relaja. No puedo ni mirarte, me pongo nervioso”, contaba él. Nico cree que con Rosana tiene muchas cosas en común. Además, ella no se anda por las ramas: “Se me han despertado las mariposillas. Es muy rato porque a mí esto hace mucho tiempo que no me pasaba”.
El mejor momento sin duda fue cuando Nico fue traicionado por su subconsciente: “Quiero profundizar contigo al máximo. Quiero meterla… o sea. Quiero meterme hasta el… La he liado. No pienses mal” decía un poco abochornado. Ella por su parte, le contestaba que no pasaba nada con una sonrisa muy pícara.
Alejandro es sincero desde el primero momento con Vanessa, la chica de su cita. El andaluz le cuenta que quiere conocer a más chicas, pero que a priori la que más le ha gustado ha sido ella. “Me encuentro super cómodo hablando con ella, tenemos muy buen rollo y un trato cordial, pero yo vengo a respetar a mi novia”, afirmaba. Sin embargo, hablando con ella, Alejandro le pregunta si cree que él puede caer en la tentación. Cuando ella le contesta que cree que sí puede ser, él tampoco hace mucho por dejar claro que no.
Si hay una cita que no fue muy bien, sin duda fue la de Álvaro y Claudia. Él comenzaba con una confesión que no gustaba nada: “El otro día tuve una conversación con Isabela y a priori no me había fijado en ella, pero después de hablar con ella vi que es una chica super explosiva, es parecida físicamente a Rosario. Chabela puede ser una tentación para mí”. Claudia después reconocía estar molesta: “Me ha molestado que no me diga lo de Sabela en la casa. Que me lo diga aquí de sopetón… Ya me encargaré yo de que se le pase”, avisaba.
Parece que el acercamiento entre Darío y Miriam va a costar más de lo que pensaban: “Soy un chico difícil. Sandra lleva un año conmigo y me dice que soy raro. Soy difícil pero yo me abro, ya verás que me vas a conocer. Tú tranquila que nos vamos a conocer. Tiempo hay”.
Pero esto no va a suponer un problema para Miriam: “Darío tiene una barrera que muy difícil llegar a él, pero yo voy a intentar con todas mis fuerzas en romper esa barrera. Voy a pensar en conocerle y que pase lo que tenga que pasar”.