En el primer debate de ‘La isla de las tentaciones 4’ hemos descubierto un bombazo que no nos esperábamos. Uno de los colaboradores presentes en el plató se ha liado con uno de los participantes del programa. Había muchas apuestas: podría ser Suso, Marta Peñate o incluso Nagore… pero quien no nos esperábamos que protagonizara la noticia era… ¡Marina!
Marina tuvo un lío en el pasado con Alejandro, el novio de Tania. La sevillana se mostró de lo más sorprendida cuando se descubrió la noticia y dijo que le había sentado bastante mal la forma que tuvo de hablar de ella Alejandro, dando a entender que iba detrás de él.
Alejandro y Marina se liaron un verano hace unos años. En ese momento ella lo había dejado con Jesús y él aún no había conocido a Tania, pero estaba a punto de hacerlo. Por eso dice que dejó a Marina, para centrarse en su actual novia. "En 2019 estuvo conmigo de rollo y estaba superenchochada. Conocí a Tania y corté con Marina. No le hablaba siquiera, pasaba de ella. Ella se mosqueó conmigo porque no le fui claro", explicó Alejandro.
La sevillana no coincide y da su propia versión: asegura que fue ella quien le dejó porque se había enterado de que estaba “picoteando” un poco de aquí y un poco de allá y, aunque no tenían una relación seria, Marina prefirió no seguir con él. Además, le pareció muy mal que Alejandro dijera que ella iba detrás de él: primero, porque era mentira y segundo, porque "si dos personas están juntas es porque las dos quieren".
Marina no cree que Alejandro sea "mal chico", pero "le pierde mucho la boca y es muy cerrado de mente".
Alejandro se enfadó con Tania en su despedida. Ella le dijo que quería cambiar los límites que se habían marcado porque eran imposibles de cumplir. Es más, se los había saltado el primer día metiéndose al jacuzzi con sus compañeros. A él está noticia le sentó muy mal y el momento destinado a que se dijeran cuánto se querían acabó siendo bastante amargo.
Al llegar a la villa, Tania confesó que su novio la había hecho sentirse mal por sus actos, pero que luego esa sensación se convirtió en enfado. “No me lo merezco”, afirmó.
Quizá por eso luego decidió dejarse llevar y divertirse en la primera fiesta. Además de jugar a la botella volvió a meterse con sus compañeros en la piscina y en el jacuzzi, donde Miguel le dio un relajante masaje en la cabeza.