Desde que Marina y Manu tuvieron su primer acercamiento, todo han sido celos. El tentador no ha sabido encajar ciertos comportamientos de Marina con otros chicos, especialmente con Miguel de Hoyos que, desde que llegó a Villa Paraíso como tentador VIP, se convirtió en su peor pesadilla.
Una vez más, el soltero perdía los nervios en la piscina al ver a Marina y Miguel tontear fuera: “¿Tengo que aguantar eso? ¿Me levanto, me cabreo? ¿Qué hago, no me meto, la dejo tranquila?”, les decía a Lydia y Miguel. Su compañero le aconsejaba: “No eres nadie para pedirle explicaciones”.
Instantes después, Marina entraba en la piscina y le abrazaba. Él volvía a repetirle una vez que lo que le pasa es que le importa, y ella se expresaba: “Yo aquí la he liado contigo. Yo tengo miedo de que tú fuera me falles”. Y, lejos de que la noche acabara como podría haber parecido tras el enfado de Manu, terminaron durmiendo juntos.
Al día siguiente, mientras ambos disfrutaban de un rato juntos en el sofá, el tentador se decidía a transmitirle una vez más cómo se encuentra: “Me siento un poco patético a veces. Todos han hecho planes para fuera. Tú en ningún momento has hablado nada así conmigo”, comenzaba. “Yo contigo cuento”, le respondía ella. “Pero yo no sé cómo voy a salir de aquí ni qué va a pasar contigo”.
Tras escuchar sus palabras, Manu decidía pagarle con la misma moneda: “A lo mejor a mí ya no me apetece estar contigo, también puede pasar”. Y, después, ponía punto y final a la conversación levantándose del sofá y marchándose.
Tras vivir esa escena con el tentador, Marina buscaba el consejo de Lydia: “Lo que me pasa con Manu es que siento que estoy teniendo otra relación además de la que ya tengo fuera. Está actuando como si fuese mi novio y me agobia mucho eso. No quiero seguir conociéndole así”.
Así que, después de ser consciente de lo que quería, aprovechó una nueva fiesta en la villa para acercarse a Manu y pedirle un momento a solas para hablar, momento que él rechazó: “Ya no hay nada más que hablar entonces”, sentenció ella, que automáticamente se fue a bailar con Miguel de Hoyos.
Pero, pasado un rato, Marina recordaba lo que realmente quería hacer esa noche y se dirigía nuevamente a Manu para decirle, quisiera o no, lo que sentía: “Lo primero, que tú no eres mi novio. ¡Tus actitudes me tienen harta! Por eso quería hablar contigo, para que te quede claro. Para mí el tema está zanjado”.
“¿Si? ¿Me puedo ir entonces? ¿Me puedo ir? Perfecto, gracias”, decía él y abandonaba la fiesta saliendo disparado para su habitación.
Marina aparecía en su cuarto y la discusión continuaba, pero él parecía tener las cosas más claras que nunca: “No te ha importado en ningún p*** momento mi dolor. He tragado más que nadie en toda la villa. Yo hago la maleta y me voy”.
Con todo preparado, Manu no esperaba ni un minuto más y salía con todo su equipaje para despedirse de todos: “Ha sido un placer. Mi experiencia aquí ha terminado. Yo vine solo por y para Marina, es la chica por la que he sentido. He llegado a mi límite".
Y entonces sí, después de que Manu ya no estuviera presente en la villa, Miguel decidió empezar a tope su conquista y Marina se dejaba seducir: “Ahora ya no me puedes evitar porque ya no tienes a nadie”.