Villa Paraíso disfrutaba de una nueva noche de fiesta. Las chicas y los solteros se preparaban para darlo todo y empezaban a disfrutar de los clásicos juegos de ‘La isla de las tentaciones’ para ponerse al límite.
Laura y Saúl se animaban a ser los siguientes en experimentarlo. Cada uno sacaba un papel de un recipiente al azar. A Saúl le tocaba la palabra ‘boca’. A Laura ‘chupar’. El tentador se disponía a hacerlo pero ella le pedía que fuera al lado de la boca y no en los propios labios.
Sin rechistar, Saúl cumplía con la petición de Laura, pero su actitud cambiaba a partir de ese momento. Tanto, que la novia de Alejandro se percató de que las cosas ya no estaban como antes y decidió preguntarle directamente qué le ocurría: “Tío, ¿qué te pasa? Que estábamos bien y de repente estás mal”.
Él negaba que le pasara algo y, concretamente, que le ocurriera con ella. “Pues entonces estate bien conmigo y ya está”, le decía Laura. Pero fue en ese momento cuando Saúl le pidió apartarse de la fiesta para poder hablar.
Ella no entendía su actitud y él explicaba el motivo de su enfado: “Si en un juego sale que es un beso, no me digas que no, que en la comisura”. Lejos de entenderle, Laura se mantenía firme: “No me sale darte un beso en un p*** juego de mierda”, comenzaba.
La novia de Alejandro se abría con el soltero: “Necesito mi tiempo, creo que bastante me he abierto contigo, bastante he avanzado contigo. Tú a mí también me gustas y creo que se nota. He vivido muchas cosas con él (Alejandro) y aún no tengo en la cabeza”. Él la abrazaba y ella le pedía un voto de confianza.