Desde que comenzó su aventura en ‘La isla de las tentaciones’, Marina tuvo una conexión especial con uno de los solteros. Manu fue el chico con el que más congenió y con el que más tiempo ha pasado hasta el momento. Pero la llegada de Miguel de Hoyos parece haber puesto cierta distancia entre ellos.
La novia de Álex acumulaba ya cierta tensión con su pretendiente. La llegada del tentador VIP supuso un antes y después en sus acercamientos. No porque desaparecieran, sino porque la actitud celosa de Manu ante la buena relación de Marina con Miguel estaba provocando precisamente que ella se enfriara.
Y, aunque mantuvo una conversación con él en la que le dejó claro que sus celos no le gustaban en absoluto, solo ha hecho falta una nueva escena entre ella y Miguel para que Manu volviera a sacarlos a relucir.
Villa Paraíso se preparaba para un nuevo juego. La crema de cacao entraba en acción. Marina se tumbaba en el suelo: “Que se pongan aquí delante los que quieran pasar la lengua por el cuerpo de Marina y que ella elija”.
Miguel de Hoyos levantaba la mano y se ofrecía como primer candidato. “Es que yo ni me voy a poner”, comentaba Manu con Naomi a regañadientes. Pero, finalmente, accedía a ser el segundo candidato.
Eso sí, le hacía saber a Elena lo que podía pasar si su compañera hacía algo que no fuera de su agrado: “Yo te digo que, como vea que me hace alguna cosa fea, me voy de la casa. Así te lo digo, me voy de la villa”.
Marina decidía que fuese Manu el primero en lamer el cacao de su cuerpo. Él intentaba ponérselo en la boca pero ella le pedía que no lo hiciera. “Pues entonces no lo hago”, respondía. “Pues no lo hagas, ya lo hará otro”, le cortaba Marina. Una vez más, Manu decidía marcharse delante de todos. Era entonces cuando Miguel se encargaba de hacer el juego con la novia de Álex.
Pasado un rato, ella decidía sentarse a hablar con Manu seriamente: “Quiero dejarte las cosas claras, a partir de ahora mi actitud contigo va a cambiar. Te he pedido que no seas celoso y lo has sido”, comenzaba. Él optaba por calificar sus caracteres de “incompatibles”: “Yo siento mucho, me gustas un montón y no te estás dando cuenta”.
Tras su conversación con Manu, Marina decidió subirse a su habitación y salir a la terraza. Miguel llamaba a la puerta. Los dos se sentaban en las sillas del balcón y compartían una conversación en la que él buscaba una confirmación: quería saber si ella estaba a gusto con él.