En 2016, a Julián Muñoz le concedieron el tercer grado y salió de prisión, pero un polémico vídeo de él en enero de 2018 bailando sevillanas en un local, pusieron en tela de juicio el estado de salud del exalcalde de Marbella. Se pronuncia al respecto, alegando que no fuera una juerga, sino un hombre haciendo el tonto mientras bailaba.
Julián insiste en que estaba celebrando un cumpleaños de una amiga y que, tras mucha insistencia, accedió a bailar con ella, momento que fue grabado por uno de sus amigos y, posteriormente, filtrado a los medios de comunicación, generando un aluvión de críticas. Esto propició, para sorpresa de Julián, el reingreso en prisión.
Muñoz se lamenta que le ordenaran volver a la cárcel sin darle la oportunidad de que se explicara y aclarara la situación. Estuvo nueve meses en la cárcel, hasta que decidieron darle la libertad provisional con tres condiciones:
Pago de responsabilidad civil (Julián paga, cada mes, de su pensión, pues su multa es de 46 millones de euros), hacer un curso de voluntariado para reponer el daño que le hizo a la ciudad de Marbella y sus ciudadanos (acude dos días por semana a una iglesia), y no salir de la provincia de Málaga.
Lleva así siete años (así es su vida actual, lejos de prisión) y añade que “tendré mi libertad total el 29 de octubre de 2018, hasta entonces, aunque esté en libertad, sigo preso”. Él ahora quiere una vida sencilla y en paz.