Ocho meses después de que se declarara la pandemia del coronavirus en España, miles de víctimas de la infección provocada por el SARS-COV-2 se han declarado ya como pacientes de covid persistente o de largo recorrido. Cada vez más afectados han declarado que, después dar negativo en las pruebas del virus, aunque hayan tenido una sintomatología leve, han padecido una serie de secuelas que no desaparecen.
La fatiga crónica, los problemas auditivos, los mareos, las erupciones en la piel, hematomas espontáneos, la caída del pelo, la pérdida de la memoria o los problemas cognitivos, son algunas de esas secuelas que hoy ha relatado en Informe Covid la coordinadora de pacientes con coronavirus persistente. María Eugenia Díaz ha contado su propia historia:
“Yo enfermé de coronavirus el pasado 22 de marzo y estuve dando positivo durante 26 días. Después de dar negativo, seguí encontrándome muy mal, aunque estaba oficialmente sana. No puedo explicar cómo me sentía, sólo el que lo ha padecido lo sabe, notas que no puedes más. Las secuelas que he sentido después han variado con los días, cada una es una diferente, por eso los llamamos síntomas ‘montaña rusa’. Ayer estuve sin poder moverme, hoy tengo la voz ronca, cada día es algo distinto y así durante meses", ha contado María Eugenia.
Sini embargo, esos no son los síntomas que más limitan la vida de María Eugenia, aunque también reduzzan sus capacidades. Lo que más le preocupa es la pérdida del nivel cognitivo que, en algunos pacientes, provoca la inflamación que afecta a la capa de la mielina del cerebro, sobre todo en las mujeres en torno a los 42-43 años. "Yo antes era muy activa, hacía muchos cursos... Pero ahora noto una gran pérdida de memoria. No puedo leerlo un libro entero, no lo asimilo", la lamentado esta enfermera.