¿Cuáles son los peligros inesperados de las Inteligencias Artificiales?
La exitosa aparición de ChatGPT ha abierto el debate sobre los peligros de la IA
Las inteligencias artificiales proporcionan numerosos beneficios, pero también algunos riesgos
El magnate Bill Gates revela cuál es la ventaja principal de la llegada de la inteligencia artificial
Las siglas IA (AI en inglés) cada vez se encuentran más presentes en nuestro día a día. Y no es de extrañar, puesto que las inteligencias artificiales no solo tienen la capacidad de cambiar el mundo en un futuro próximo, sino que ya lo están haciendo en la actualidad sin que apenas nos percatemos de ello.
No cabe duda de que los beneficios que aportan son abundantes, pero también hay que mencionar algunos peligros inesperados que pueden surgir de su uso. No en vano, incluso un empresario como Elon Musk, CEO de Tesla y Twitter, además de cofundador de OpenAI –creadora de ChatGPT–, ha asegurado recientemente que la inteligencia artificial “es una tecnología bastante peligrosa”.
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A pesar de ser uno de los grandes impulsores de la IA, Musk sorprendió a todos en el World Government Summit cuando expuso la necesidad de “regular la seguridad de las IA”. Y añadió que el reto no era llevar a cabo esa regulación cuando suceda algo malo, sino adelantarse a ello. “Si algo malo sucede con la inteligencia artificial, la reacción desde un punto de vista regulatorio puede ser muy lenta”, reconoció.
¿Una inteligencia artificial dominante?
Pero ¿cuáles son esos peligros a los que se refiere Elon Musk? ¿Pueden llegar a darse situaciones como las expuestas en películas de ciencia ficción como “2001: una odisea del espacio”, “The Matrix” o “Terminator”?
Obviamente, cuando hablamos de los peligros inesperados de las inteligencias artificiales nadie se refiere a que una IA se pueda rebelar hasta considerar que los seres humanos han de ser erradicados. Sin embargo, sí que hay riesgos que deben ser tomados en cuenta para lograr un correcto desarrollo de una tecnología que tiene un inmenso potencial y que el diccionario de la RAE define como “Disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico”.
Revolución de las IA
La irrupción del ChatGPT ha levantado tal revuelo que todo lo relacionado con esta inteligencia artificial ha provocado un aluvión informativo y de opinión. Las funcionalidades que presenta la herramienta creada por la empresa OpenAI resultan tan atractivas como llamativas para la opinión pública –aunque hay que recordar que la IA ya hace tiempo que es fundamental en otros muchos sectores–.
Y es que, echando un rápido vistazo a ChatGPT, rápidamente se puede vislumbrar que se trata de un producto revolucionario. De este modo lo ve incluso Bill Gates, fundador de Microsoft y uno de los gurús tecnológicos de las últimas cuatro décadas: “Hasta ahora, la inteligencia artificial podía leer y escribir, pero no entender el contenido. Los nuevos programas como ChatGPT harán que muchos trabajos de oficina sean más eficientes al ayudar a escribir facturas o cartas. Esto cambiará nuestro mundo”.
Peligros inesperados
Las palabras de Gates dejan clara la ayuda que este tipo de IA puede proporcionarnos, pero no podemos olvidar los peligros que surgen de su utilización. A fin de cuentas, estamos hablando de herramientas que no siempre tienen por qué utilizarse correctamente.
A continuación exponemos algunos de los peligros que más preocupaciones suscitan, aunque en muchos casos solo se teoriza sobre las posibles consecuencias:
- Sesgos y falta de objetividad. La inteligencia artificial se denomina de este modo porque es capaz de aprender por sí misma. Esto hace que tecnologías como ChatGPT estén creadas para ofrecer información a partir de todo lo que encuentran en internet. Por ejemplo, si se le solicita crear un texto con el estilo de Miguel de Cervantes, tratará de replicarlo al instante, analizando toda la obra del escritor español y aprendiendo a escribir como el manco de Lepanto. Pero se puede dar el caso de que los datos que recabe de cualquier otro tema tengan un sesgo favorable o desfavorable, es decir, que estén carentes de objetividad. El resultado, por lo tanto, no sería adecuado. En este sentido, también hay que apuntar que es una tecnología que aprende a partir de lo que ya existe. Si se populariza su uso y se deja de lado una intervención más creativa –humana–, se corre el riesgo de repetir una y otra vez los mismos contenidos.
- Peligran algunos empleos. A lo largo de la historia, los avances tecnológicos han eliminado puestos de trabajo, dando lugar a otros nuevos. Esto mismo puede suceder con la IA, ya que será capaz de realizar cometidos antes impensables para las máquinas –especialmente los referentes a la creación– con rapidez y eficacia.
- ¿Qué es real? Otro de los peligros de las inteligencias artificiales es su capacidad para crear elementos que parecen tan reales que, a simple vista, no podemos distinguirlo. Un buen ejemplo de ello son los vídeos y las imágenes que se realizan con programas que tienen incorporado el aprendizaje automático y que son capaces de suplantar incluso a personajes públicos como el expresidente de Estados Unidos Barack Obama. Esto puede llevar a una confusión mediática de tal magnitud que lleguemos a dudar qué es cierto y qué no.
- Pérdida del control. Finalmente, puede darse el caso de que una IA pierda el control y termine realizando mal su cometido, llegando a enfrentarse con un ser humano. Un buen ejemplo de ello sucedió en India hace unos meses, cuando un usuario probó la versión de Microsoft Bing con ChatGPT y la inteligencia artificial perdió el control, llegando a mostrar desdén y menosprecio verbal.
En definitiva, la IA abre un mundo de posibilidades muy interesantes para explorar, lo que no quita que los seres humanos hagamos todo lo posible por gestionar y controlar su crecimiento para evitar cualquier de estos problemas inesperados (o esperados).