Los traficantes británicos se disfrazan para vender droga durante la cuarentena
Hacerse pasar por repartidores, deportistas o enfermeros es la última técnica para esquivar a los agentes
La policía de West Midlands (Inglaterra) informó la semana pasada de un gran descenso de la violencia y los robos durante el mes de marzo de este año comparado con el mismo periodo de 2019. Cuando se les preguntó por las cifras de delincuencia relacionada con la droga, aseguraron que en marzo del año pasado hubo 509 delitos vinculados a la droga, mientras que este año solo han sido 381.
Expertos analistas del mercado de la droga apuntan que la crisis del coronavirus y la consiguiente cuarentena ya han comenzado a transformar el negocio, sin conseguir detenerlo. Una fuente muy bien posicionada en la policía con acceso al panorama nacional británico señaló que, en el Reino Unido, el negocio del crack y la heroína continúa funcionando a pleno rendimiento aunque con algunas alteraciones.
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Según él, varias fuerzas policiales han informado de que han visto a camellos disfrazados con uniformes de repartidores para poder hacer las entregas a sus clientes. Otros observadores contaron que hay camellos que se hacen pasar por corredores o fanáticos del fitness para pasar bolsas de crack o heroína por su zona. Un experto en drogas del ámbito mundial añadió que hay camellos que preparan una bolsa con compras "para la abuela" por si los para la policía. Otros se disfrazan de repartidores de comida rápida o incluso de enfermeros para evitar que los agentes les interroguen.
Hay camellos que han dejado de usar sus vehículos personales y usan taxis para hacer las entregas. Algunos camellos están respetando el distanciamiento social. Ahora, por ejemplo, se ve cada vez a más de ellos montados en bicicleta y haciendo las entregas en los buzones. Otros han optado por dejar la mercancía en un lugar acordado con el cliente, como un arbusto, un aparcamiento o debajo de un contenedor, donde también se deposita el dinero, para evitar así el contacto directo. Algunos incluso se han pasado al pago electrónico.
Uno de los cambios más notables apreciados por la policía en todo el país es que los individuos en los escalafones más altos de la venta de droga han prescindido de los camellos y se han puesto a vender ellos mismos, tanto en las ciudades como en las zonas rurales. Los detectives creen que esto se debe a que los encargados de la venta se han dado cuenta de que los camellos jóvenes llaman más la atención que los adultos en un periodo de cuarentena.
Respecto a los clientes, todas las fuerzas policiales británicas concluyen que, por ahora, no se ha registrado escasez de heroína o crack. Según el artículo en 'VICE', Inglaterra cuenta con unos 300.000 heroinómanos. Su adicción mueve 5.000 millones de libras en el mercado de la heroína y el crack, que equivalen a más de la mitad del total de la droga ilegal en Reino Unido.
La crisis del coronavirus ha modificado definitivamente el mercado de la droga en 2020. Esta pandemia será la prueba de fuego para muchos, que deberán decidir si vale la pena o el riesgo es muy alto y es mejor dejar el negocio. Otros quizá encuentren en esta crisis una nueva oportunidad para ganar dinero.