Óscar, libre por ahora en el caso Esther López gracias a una frase: "No tengo explicación"
La jueza ha entendido que Óscar, principal sospechoso de la muerte de Esther López, no debe entrar en prisión ni debe tener cautelares
Faltan informes concluyentes y, a la espera de ellos, la jueza ha decidido dejar a Óscar en libertad
Deja en libertad a Óscar, el principal sospechoso de la muerte de Esther López
Escoltado por la Guardia Civil, Óscar llega a los juzgados por la parte de atrás. La familia de Esther aguarda en la puerta delantera. En la mesa de la jueza las contradicciones más importantes. Óscar no se inmuta. Contesta a todo y todos. El móvil de Esther estaba muy cerca del de Óscar en la vivienda tres cuartos de hora después de cuando él dijo que se separaron. El informe del GATO de la Guardia Civil es lo contundente que puede ser y los sitúa con un margen de error de 45 metros. Los posicionamientos se han sacado de las aplicaciones y dependen de la cobertura en parte. Es el propio terminal el que geoposiciona y hace consultas involuntarias.
En la urbanización el Romeral además hay varias wifis que el móvil de Esther va a estar escaneando desde las 3:21 hasta las 6:31. Y el de Oscar está en la casa. Su coche también, posicionado. El sospechoso argumenta con vacilaciones. Habla de otros conocidos de Esther, vecinos suyos. Desvía las sospechas. Es cuestión de metros. Óscar no durmió, su móvil registró sus pasos toda la noche, pero él lo niega. A las 6:30 el móvil de Oscar entró en modo avión a la vez que el de Esther se alejaba de las wifis del Romeral. Deja de tener actividad visible. Se le pierde la pista, según el informe. Hasta la hora en la que se le acabará la batería, a las 12:56, el móvil de Esther está bajo la cobertura de las tres antenas que dan servicio en Traspinedo. Pero no saben dónde están ni donde se apaga. No hay preguntas. Óscar ocultó varios viajes de Traspinedo a Valladolid, pero su navegador del coche lo sitúa. Incluso en una gasolinera para lavar el vehículo. Él lo niega. Dice que es imposible. Sabe que no hay imagen lavando el coche. Aunque haya un coche similar en la zona del lavadero. Aunque haya geoposición de su vehículo. Se dejó el móvil en el lugar contrario al que estaba el coche. Lo puso en modo avión.
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Óscar: "No tengo explicación"
“No tengo explicación”, dice. También niega que Esther tuviera acceso al maletero donde encuentran ADN de ella mezclado con el suyo y el de su hija. El que encuentran en la goma interna. Óscar ha entregado todas las llaves del coche. En ella podría haber una sincronización de las averías, de los kilómetros o si un testigo se encendió por algún motivo. En la centralita no hay datos. Dice que no la ha borrado. Es complicado borrarla. La Guardia Civil cree que ha podido intentarlo. Demasiado técnico para un sospechoso que dejó supuestamente el móvil de Esther junto al cuerpo. Esa noche Óscar hizo dos llamadas al teléfono antiguo de Esther y a una tercera persona, que nadie sabe quién es. Tampoco lo explica. Simplemente dice que no es verdad.
Esa noche la madre de Esther llamó al móvil de su hija, aunque estaba en la vivienda de Óscar. No tiene explicación. Esther pudo estar todavía con vida. De hecho, la investigación de los forenses data la muerte, aunque no exactamente, en unas horas desde el supuesto atropello. Pero si trasladaron el cuerpo a la cuneta tuvo que ser en las horas próximas a la muerte. Justo después.
Faltan informes concluyentes en el caso Esther López
La acusación está decidida a pedir prisión. El fiscal no lo hace. Pide fianza como alternativa, pero el fiscal se ha opuesto. No hay relato de hechos. El sumario adolece de eso, de relato. No hay ni un informe que aventure cómo sucedieron los hechos en base a esos indicios. Óscar siempre ha insinuado que Esther podía tener algo que otro investigado, con Carolo. No lo dice, pero lo sugiere. Por eso siempre dice que la dejó en el cruce del Romeral y que Esther quería volver a por Carolo. Que le llamó “rancio” a él por no querer seguir la fiesta. Carolo era el verdadero amigo de Esther, dice.
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La jueza tampoco está por la labor de meterle en prisión acusado del crimen. Porque no sabe cuál es el crimen. Faltan informes concluyentes. Podrían llegar en días. El informe definitivo tecnológico que hicieron durante los registros. Los del GATO con el móvil de la chica enganchando antenas para ver dónde era más intensa la señal. Y viendo el escaneo de las wifis de los vecinos para poder decir que Esther estuvo ahí. Además, faltan los resultados de criminalística, si la sangre que marcaron los perros en la piscina fuera de Esther… o cualquier ADN de ella en la vivienda, serviría. También falta la información de la marca Volkswagen para afinar más los posicionamientos del coche. No ha borrado su navegador, pero depende de la configuración y es más precisa la información que guardan las compañías. Mientras tanto, la jueza ha entendido que Óscar no debe entrar en prisión ni debe tener cautelares. Quiso que declarara para garantizar sus derechos procesales y no tener problemas a futuro. No podían seguir haciendo gestiones sobre él del todo invasivas sin detenerlo y sin que él conociera el sumario que estaba siendo filtrado aun siendo secreto. La Guardia Civil no opinaba lo mismo. Conocer los detalles del sumario ha servido a Óscar para espetar “no tengo explicación” a todos los indicios que le ponen contra las cuerdas.