La madre acusada de asesinar a su hija en un hotel de Logroño insiste en culpar a la abuela, que apreció muerta
La madre acusada de asesinar a su hija, Carolina, de cinco años, en un hotel de Logroño en enero de 2020, culpa de todo a la abuela
"Nunca atentaría contra mi vida ni contra la de mi hija", dice la acusada
El Fiscal cree que la madre de la niña y la abuela pusieron en marcha "la gran tragedia" para vengarse del padre, que tenía la custodia
La madre acusada de asesinar a su hija, Carolina, de cinco años, drogándola y asfixiándola en un hotel de Logroño el 26 de enero de 2020 se ha sentado hoy en el banquillo para responder por el crimen.
“Nunca atentaría contra mi vida ni contra la de mi hija”, ha contestado a preguntas del Ministerio Fiscal, insistiendo en culpar del crimen a su madre, es decir, a la abuela de la niña, que tras el suceso se tiró al río Ebro y apareció sin vida.
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La acusada no se ha cansado de repetirlo, pero el fiscal la acusa de asesinar a su propia hija en aquel hotel donde un vecino, tras el suceso, la vio sentada en la ventana, ensangrentada y amagando con saltar.
“Pensé en tirarme por la ventana”, ha reconocido, rechazando no obstante que antes intentara cortarse las venas.
El fiscal cree que la madre y la abuela querían vengarse del padre, que tenía la custodia
En la habitación donde se produjeron los hechos también se alojaba la abuela de la pequeña, a la que la acusada trata de culpar de todo. El fiscal, sin embargo, cree que las dos trazaron el plan de matar a la niña y después suicidarse para vengarse del padre, quien tenía la custodia de la pequeña.
“No aceptaba; no estaba de acuerdo con esa guardia y custodia que tenía el padre. Lo llevó mal hasta el extremo de decidir poner en marcha esa gran tragedia”, ha dicho.
Por ello, la acusación pide para ella la prisión permanente revisable.
Primera sesión del juicio: la acusada niega que pensase en suicidarse o hacer daño a su hija
En la primera sesión del juicio, la acusada ha negado que no dejara a su expareja ver a la niña ya que creía que "necesitaba tanto una figura como la otra". No obstante, también ha dicho que "no atendía a la niña" y se la devolvió un día con un ojo morado y otro con un arañazo y un mordisco.
Del mismo modo, ha negado que en ningún momento pensara en suicidarse o hacer daño a su hija, así como que su madre lo hubiera manifestado.
Los vídeos de despedida que grabó los atribuye al "miedo" a su ex y su familia
A este respecto, la acusada ha explicado los vídeos que grabó en los que se despedía de sus allegados, su padre y su hermano, transmitiendo sus últimas voluntades sin referirse a su hija, ha dicho que tenía "miedo" de que la familia de su ex le hiciera algo y que quería dejarlo todo atado, dejando sus bienes a sus hermanos.
Por su parte, ha asegurado que fue la abuela de la niña la que hizo la reserva del hotel ese fin de semana, y ha negado que buscara métodos para el suicidio, señalando que su móvil y el de su madre estaban sincronizados.
Las cartas que había escrito, como los vídeos de despedida, claves en el juicio
La frase en sus cartas "en este viaje solo pienso que Carol y yo vamos juntas" la ha justificado en que su hija "no iba al parque de enfrente, iba a Miranda o Vitoria".
En cuanto a "ahora que tengo a Carolina a mi lado sé que estoy haciendo lo correcto" ha explicado que lo escribía con su hija echándose la siesta y hacía lo correcto dejándole todo a sus hermanos.
Relato de los hechos: la bañera llena de sangre y su impulso por tirarse por la ventana
En esta línea, ha relatado cómo el fin de semana en que sucedieron los hechos su madre la levantó el domingo a las siete menos cuarto y le dijo: "Me tienes que llevar a un sitio" y se subió con la niña Carolina en el coche sin saber más que el hecho de que tenía que conducir a Logroño.
"Me dijo: Solo quiero pensar, tú tira para Logroño", ha contado hoy en el juicio añadiendo que cuando se da "cuenta" están en un hotel y la abuela lleva un bolso rojo.
Ya una vez en la habitación, tras ver dibujos animados juntas, madre e hija se durmieron hasta que, en un momento indeterminado, siente cómo los párpados le pesan y se ve en una bañera con sangre y agua a la que ella no había ido.
"No sé ni cómo saco las fuerzas para abrir la mampara y salir a la habitación, veo que no está mi madre, voy a la cama, destapo a la niña y al verla así y con la debilidad de que me estoy cayendo es cuando abro la ventana e intento tirarme", ha relatado.
Por su parte, según ha expresado, la niña estaba tapada y al destaparla la nota "gelatinosa" y con un color "raro".
A este respecto, ha negado declarar que ella se hizo los cortes: "Sólo sé que caí dormida y sentí un zas".
En cuanto a la posibilidad de que le llevara su madre a la bañera ha dicho: "¿Usted sabe cuánto pesaba mi madre?", y no ha explicado por qué no había marcas de arrastre y había sangre en las tres camas, sobre todo, en la que estaba la niña.
Del mismo modo, también ha negado que hubiese abierto a la policía en el hotel: "Yo no podía abrir la puerta porque me estaba tirando por la ventana", ha dicho, y respecto a que, como se ve en las grabaciones, ella saliera del hotel al día siguiente de morir la niña, lo ha negado rotundamente: "Yo no salgo del hotel, estará grabado, lo he trabajado con la psiquiatra, pero yo no recuerdo haber salido del hotel", ha subrayado, y también ha negado haber dado a la niña somníferos nunca.
Culpa a la abuela de la niña por el crimen
Lo que sí ha afirmado es no saber cómo llegó al hospital, quedar en shock primero cuando le dijeron que su hija estaba muerta y después cuando le dijeron que su madre había aparecido muerta en el río.
"Tenía mucho carácter y yo solo obedecía", ha dicho sobre ella, insistiendo en culparla del crimen.
No obstante, ha dicho no ser consciente de lo que hizo en la habitación, "porque era como un apartamento" y no se fijó ni si puso un cartel de no molestar.
"A mi me hacen unos cortes cuando estoy en la cama", ha asegurado, afirmando que no recuerda que dejara una nota diciendo que sus pertenencias eran para su hermana (en ese momento la nota se le ha facilitado al jurado).
La acusación destaca diversas contradicciones en el discruso de la acusada
La acusación particular ha preguntado por qué había poca sangre en el baño, o restos de ropa lavada, y ella ha continuado negando: "Yo no he lavado ninguna ropa", ha dicho, explicando después que le puso un jersey suyo a la niña porque vomitó.
En el curso de sus respuestas, la letrada Alicia Redondo, de la acusación popular,ha reparado en una contradicción, ya que la acusada dijo que no había tocado a la niña, y en el juicio ha manifestado que la destapó.
De igual modo, Redondo ha exhibido cómo manifestó a la policía que no le sorprendía que le detuvieran; también como contradicción el interrogatorio con la policía (que ahora ella niega).
A la letrada le ha sorprendido que sacara a la niña de casa en pijama, según ha dicho la acusada, sin saber a dónde iban; o que tenga una nebulosa de qué ocurrió pero se acuerda de los números del juzgado; y que no le pidiera a su madre el móvil en ningún momento (los móviles se quedaron sobre un armario pero la acusada mantiene que su madre le dijo que los llevaba en el bolso).
También se ha preguntado la letrada cómo no tenía la ropa rajada, si tenía cortes, algo que la acusada no ha sabido explicar, y tras preguntarle si le pudo desnudar su madre ha dicho que "podría ser".