Vivir con TOC: ¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo?
El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es una de las cinco enfermedades psiquiátricas más frecuentes
Vivir con este trastorno no es sencillo: es una de las 20 enfermedades más discapacitantes
Acudir a un profesional es clave: con el tratamiento adecuado, los síntomas mejoran en pocas semanas
El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es una de las cinco enfermedades psiquiátricas más frecuentes y está considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las 20 enfermedades más discapacitantes. Vivir con este trastorno no es sencillo y normalmente “los pacientes tardan mucho en acudir a un médico”, en gran medida por temor al estigma social y al propio, al pensar que “están locos”. Sin embargo, con el tratamiento adecuado, los síntomas pueden empezar a mejorar rápidamente, “en cuestión de un par de semanas”, tal y como nos cuenta el doctor Eduardo Vera Barrios, psiquiatra especializado en este tipo de condición.
Diagnóstico tardío: entre 3 y 5 años
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El TOC es uno de los trastornos mentales que más tardan en diagnosticarse, tal y como explica el doctor Vera: “Entre 3 y 5 años”. Se trata de un "trastorno ultralimitante, basado principalmente en tener ideas intrusivas, obsesivas... Como una especie de disco rayado o una película en la cual una secuencia o un fotograma no encajara y fueras plenamente consciente de que ese fotograma, esa palabra o esa frase, es totalmente ajeno al hilo del curso del pensamiento o a cualquier idea elaborada por ti".
Además, es una condición en el que "el paciente a veces queda a veces queda atrapado por sus propias reglas porque, para disolver ese pensamiento, esa imagen intrusiva, esa palabra o frase que no tiene sentido en relación con el curso de su pensamiento... normalmente tiene que llevar a cabo una acción o recurrir a una especie de pensamiento mágico que desactive esa idea". Por ejemplo, "que me venga una palabra a la cabeza que interrumpa mi discurso y tenga que dar dos golpes en la mesa para desactivar esa idea, aunque no tenga nada que ver una cosa con la otra".
Vivir con este trastorno "es bastante complicado, porque genera mucha ansiedad hasta que se lleva a cabo esa acción o compulsión (en su forma más elaborada, la compulsión se llama ‘ritual’)". Así, tal y como explica el doctor Vera, “si yo me contengo o retengo esa acción para eliminar la frase intrusiva, genero más angustia y más ansiedad, y me voy encontrando cada vez peor hasta que lo hago, convirtiéndose en una especie de circulo vicioso en el que cuanto, más retengo, más ansiedad genero y, cuanto antes llevo a cabo la acción, más me libero de la angustia”. El resultado es la generación de un mecanismo que funciona como una droga, "pasando de estar muy angustiado a que se resuelva instantáneamente".
Con el tiempo, y de forma totalmente independiente al curso del pensamiento, "se generan nuevos pensamientos o palabras, una y otra vez, hasta que el paciente hace compulsiones a diario, continuas, y acaba desarrollando rituales que pueden ser muy complejos". Al final, el paciente queda atrapado en su propio pensamiento o en esos rituales que le impiden llevar una vida normal y que le generan tanta inquietud que tiene que realizarlos una y otra vez, hasta ocupar la mayor parte del tiempo de su día.
Una de las grandes limitaciones para quienes sufren TOC es el estigma social: se trata de un trastorno "muy exuberante, muy sofisticado” y, por tanto, "muy incapacitante”. En cuanto a las asociaciones más comunes (en el caso de aquellos pacientes cuyos pensamientos intrusivos sí estén relacionados con el curso de su pensamiento), son las de limpieza y orden: en estos casos, “el paciente tiene que ordenar constantemente para que todo esté bien, o tiene la sensación de que todo está sucio y tiene que limpiar una y otra vez para sentirse aliviado".
También son frecuentes los pensamientos intrusivos de contenido sexual: por ejemplo, "que esté hablando con alguien y me vengan imágenes de abusos, o de contenido sexual, o de que soy un mal cristiano.... una y otra vez".
Afortunadamente, existe tratamiento para tratar el TOC: una combinación de psicoterapia y medicación es lo más habitual. En el caso de la psicoterapia, es habitual acudir a la terapia cognitivo conductual, que consiste, de forma muy básica, en exponer al paciente progresivamente a un objeto temido o a una obsesión, como la suciedad, y enseñarte formas de resistir el impulso de hacer tus rituales compulsivos.
En cuanto a la medicación, lo más común es recurrir a los antidepresivos (y, entre ellos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS se recomiendan como tratamientos eficaces y seguros de primera línea en el TOC) a una dosis mayor que la antidepresiva. "Tras un mes o mes y medio suelen desaparecer estos contenidos insertos en la conciencia como automatismos”, asegura el doctor Vera. “El tratamiento es muy agradecido porque se produce una rápida mejora: el paciente se sorprende mucho al haber estado limitado tanto tiempo por algo que podría haber mejorado en un par de semanas".
Síntomas del TOC
Tal y como explica Sanitas, estos son los síntomas del TOC:
- Intolerancia a la incertidumbre: el paciente de TOC tiene que tener todo bajo control como única vía de obtener seguridad, ya que tiene grandes dificultades a la hora de afrontar situaciones inesperadas o desenvolverse en situaciones ambiguas.
- Sobreestimación de la amenaza: el paciente de TOC magnifica la probabilidad de que ocurra una catástrofe.
- Perfeccionismo: el paciente de TOC no tolera los errores y todo tiene que ser perfecto, de forma que revisa todo una y otra vez.
- Responsabilidad excesiva: el paciente de TOC construye reglas y esquemas de conducta basados en la responsabilidad de hacer siempre lo correcto y que se ponen en práctica cuando se producen unas circunstancias concretas.
- Creencias sobre la importancia de los pensamientos: estos pacientes magnifican la importancia de los pensamientos propios y especialmente de su significado, que no es otro que el que él mismo les atribuye.
- Importancia de controlar los propios pensamientos: los pacientes de TOC necesitan controlar los pensamientos de modo que no pueda pensar en determinadas cosas.
- Rigidez de ideas: los pacientes de TOC tienen ideas inamovibles, sin atender a cualquier argumentación que pueda modificarlas.
Las causas del TOC no se conocen con exactitud, aunque se han identificado ciertos factores que pueden intervenir en el desarrollo de este trastorno. Desde una perspectiva biológica, las personas que la sufren presentan alteraciones del lóbulo frontal del cerebro y en la secreción de serotonina, un neurotransmisor implicado en la regulación del estado de ánimo, la agresividad y la impulsividad, además de modular la transmisión de información de una neurona a otra. Este último proceso, en las personas con TOC, se desarrolla con mayor lentitud.
También existen factores genéticos que condicionan el desarrollo del TOC, aunque se desconoce el modo en que se transmiten. Por último, existen acontecimientos o situaciones puntuales en la vida de una persona que pueden actuar como desencadenantes: enfermedades propias o de un familiar, la muerte de un ser querido, una separación o divorcio, una educación muy rígida durante la infancia, algún trauma...