Tipos de gripe: síntomas, tratamientos y cómo identificarlos
La gripe es una enfermedad a la que nos enfrentamos cada año y también puede tomar la forma de epidemia
La vacunación es clave para evitar contagios, así como extremar la limpieza de manos y mantenerse lejos de focos de infección
Las diferencias entre la gripe A,B, y C
La gripe, en todas sus variedades y facetas, es una de esas enfermedades a las que inevitablemente nos exponemos constantemente, especialmente cuando llegan los meses de frío. Sus síntomas son bien conocidos por todos y es más que probable que todos hayamos pasado por ella alguna vez en la vida. Sin embargo, no está de más tener claro qué la provoca, cómo tratarla y de qué manera identificar si nos encontramos efectivamente ante una gripe o ante otra enfermedad de efecto similar. ¿Cuáles son los tipos de gripe y cuáles son sus síntomas y tratamiento?
Qué es la gripe y qué la provoca
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Tal y como recuerda la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la gripe o influenza es una infección causada por un virus que provoca en quien fiebre en quien la padece (temperatura superior a 37.8 ºC), así como tos, dolores musculares en todo el cuerpo y otros síntomas como malestar general, dolor de garganta o mucosidad nasal.
Además, existen distintos tipos de gripe (A, B y C), a lo que se suma otra distinción: gripe estacional (es decir, la que se genera en los meses de invierno) y gripes pandémicas (por ejemplo, la H1N1 de 2009-2010 o 'gripe porcina'). En este segundo caso, las pandemia de gripe se producen cuando se contagia una nueva cepa del virus de la gripe entre muchas personas de diferentes partes del mundo.
- Virus de la Gripe A. Es el principal causante de las epidemias que se producen cada año. Los virus tipo A se dividen en subtipos basándose en dos proteínas (antígenos principales) de la superficie del virus. Estas proteínas se denominan hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N) y forman las espículas que se insertan en la envoltura del virus. Los virus gripales B y C, sin embargo, presentan menos rango de variación y no reciben denominaciones de subtipo.
- Virus de la Gripe B. El virus gripal B se presenta generalmente en brotes más localizados y resulta mucho menos dañino. Se suele dividir en dos grandes grupos: B/Yamagata y B/Victoria y no se califica en subtipos. Esta gripe es la más común entre los seres humanos, pero resulta mucho más controlable porque no muta de la misma forma que lo hace la gripe A (la cepa B muta hasta tres veces más despacio que la cepa A). De ahí que muchas personas sean capaces de desarrollar inmunidad frente a esta gripe. Con todo, este virus puede causar brotes y epidemias. De ahí que se incluya en los planes de vacunación estacionales.
- Virus de la Gripe C. Los virus de tipo C son poco frecuentes y las infecciones que provocan suelen ser de poca importancia. Afecta principalmente a los niños (muy pocas veces a adultos) y no es responsable de epidemias, aunque sí puede provocar infecciones respiratorias
Un factor clave para evitar el contagio es la vacunación, que este 2020 se ha disparado un 55 por ciento con respecto a 2019 debido a la pandemia por coronavirus. Además, se pueden tomar medidas sencillas para evitar enfermar:
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, o usar alcohol en gel.
- Mantenerse lejos de la gente enferma de gripe.
- No ir a trabajar o a cualquier centro de estudio, etc. hasta que transcurran al menos 24 horas sin fiebre.
- Cubrirse siempre la boca y la nariz con la parte interna del codo al toser o estornudar, o con un pañuelo (no con las manos).
En cuanto a la vacunación, SEMI recuerda que el mejor momento del año para recibir esta vacuna es "justo antes de que comience el invierno”, en el mes de octubre. Eso sí, hay que tener en cuenta que esta vacuna es más eficaz en algunos años que en otros, dado que es imposible predecir cómo cambiará el virus de la gripe de un año a otro.
Tratamiento para la gripe
Si te has contagiado y estás pasando por una gripe, debes saber que el tratamiento de la gripe consiste básicamente en tratar los síntomas, descansar y tomar mucho líquido. El paracetamol suele ser el medicamento más recomendado para controlar la fiebre y el dolor. Si los síntomas empeoran (dificultad para respirar o falta de aire, dolor o presión en el pecho, vómitos intensos,…) o existe alguna patología crónica debilitante, es recomendable consultar al médico. Además, cabe recordar que la gripe es causada por un virus y que, por tanto, los antibióticos no sirven para tratarla.
Lo normal será curarse pasados unos días y no presentar secuelas. Sin embargo, en el caso de pacientes crónicos, la gripe puede llegar a ser peligrosa. En estos casos es necesario extremar la precaución, consultar a un médico ante cualquier complicación y, sobre todo, prevenir cualquier tipo de contagio.