Taquicardia, respiración acelerada, temblor, hormigueo... Señales que advierten de un ataque de ansiedad
La ansiedad es una de las enfermedades más comunes de nuestra era y su incidencia ha aumentado con la pandemia
Sufrir un ataque de ansiedad es su forma más desagradable: síntomas asociados al pánico se concentran en pocos minutos
Estas son las frases que debes evitar decir a una persona que sufre un ataque de ansiedad
La ansiedad se ha convertido en uno de los males más frecuentes de nuestro tiempo, y no es casualidad que así sea. Vivimos de forma acelerada, agobiados por responsabilidades de toda clase (laborales, familiares, sociales...) y, en demasiadas ocasiones, nuestra vida se desarrolla en entornos que alimentan esa sensación de estrés.
Tráfico, largas distancias, ruidos a todas horas... Quienes sufren ansiedad en mayor medida pueden llegar a experimentar lo que llamamos ataques de ansiedad, una especie de 'pico' de sensaciones exponencialmente negativas concentradas en un momento concreto. ¿Cuáles son las señales que avisan que estás sufriendo un ataque de ansiedad? ¿Qué puedes hacer en estos casos?
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Señales que avisan que estás sufriendo un ataque de ansiedad
La ansiedad está considerada una de las enfermedades más comunes de nuestra era y, de hecho, la pandemia por coronavirus ha provocado un aumento muy importante del número de casos diagnosticados. En concreto, durante el primer año de la pandemia por Covid-19, la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25 por ciento, según un informe científico publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cambia también la edad de diagnóstico: cada vez más niños y adolescentes son diagnosticados con este tipo de trastorno, en ocasiones en relación con un uso abusivo de la tecnología.
Parte de la culpa de esta tendencia se encuentra en nuestro estilo de vida: niveles elevados de estrés y autoexigencia, un ritmo acelerado, la hiperconectividad de la era de Internet y las redes sociales, el constante bombardeo de normalidad y perfección estandarizada del que somos objeto diariamente a través de distintos medios...
En este contexto, tal y como recuerdan desde Sanitas, la ansiedad, como el estrés, es una respuesta del organismo ante situaciones límite. Se caracteriza por una sensación de angustia leve o miedo, y la aparición de síntomas como una aceleración del ritmo cardíaco y la respiración, sudoración o sensación de flojedad.
En su estado no patológico, la ansiedad es una respuesta normal que incluso puede ayudarnos a afrontar situaciones complicadas, pero en ocasiones se convierte en una respuesta exagerada y desproporcionada en relación al evento que la provoca. De hecho, muchas veces aparece sin que exista una situación de peligro real.
Por otro lado, una crisis de ansiedad genera una situación de pánico que provoca síntomas muy similares a los del infarto, hasta el punto de que puede confundirse con él. Ocurre de forma instantánea, sin previo aviso, y alcanza su máxima intensidad en cuestión de muy pocos minutos, pudiendo durar entre 10 minutos y media hora (en ocasiones, hasta una hora).
Es importante el hecho de que, durante un ataque de ansiedad, nos encontramos ante una súbita aparición de sus síntomas sin causa aparente. Este miedo intenso suele aparecer de forma abrupta y no tener un claro desencadenante, pero las respuestas fisiológicas que se generan son las mismas que las que experimentaríamos ante una situación extrema real: hipertensión arterial súbita, taquicardia, dificultad respiratoria (disnea), mareos e inestabilidad, sudoración o náuseas...
Estos son los síntomas y señales que avisan que estás sufriendo un ataque de ansiedad:
- Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardiaca (taquicardia).
- Sensación de ahogo, con respiración rápida.
- Opresión en el pecho.
- Miedo o pánico. Incluso sentir que vamos a morir.
- Sudoración o escalofríos.
- Temblores.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Mareo o desmayo.
- Sensación de irrealidad.
- Sensación de entumecimiento u hormigueo.
Es importante no confundir el ataque de ansiedad con el trastorno de ansiedad generalizado: la principal diferencia entre ellos es la puntualidad del ataque, frente a lo constante del trastorno de ansiedad. Ambos pueden ir de la mano.
En cuanto a qué hacer si sufres un ataque de ansiedad, se recomienda intentar controlar la respiración, relajándola. También encontrar una posición y lugar cómodos, aflojando tu ropa si lo crees necesario y evitando los corrillos de gente a tu alrededor. Visualizar un lugar en calma o repetirte frases tranquilizadoras también puede ser de gran ayuda, intentando tomar conciencia de que, a pesar del pánico que sientes, no existe una situación de peligro real. Si es la primera vez que sufres una ataque de este tipo, no lo dejes pasar: acude a terapia para aprender técnicas que te ayuden a evitar este tipo de episodios y a controlarlos.
Por último, si quieres saber qué hacer si alguien sufre un ataque de ansiedad cerca de ti, es importante ofrecer apoyo a la persona afectada pero sin atosigar: simplemente, mantén la calma y acompaña, accediendo a aquello que te pidan. Intenta trasladar a esta persona a un lugar tranquilo y evita que la gente se detenga alrededor suyo. Evita también restar importancia a sus emociones, aunque puede ser positivo reforzar la idea de que, a pesar de lo que esté experimentando, no se encuentra en una situación de peligro real. Usa frases cortas y claras, y evita la brusquedad. Ayúdala a respirar e intenta que ponga el foco en esta tarea.