Apnea del sueño en adultos: síntomas y tratamientos
La apnea del sueño es un trastorno que puede provocar complicaciones graves: conoce sus tipos, causas, síntomas y tratamientos
Dentro de los trastornos del sueño, la apnea del sueño es uno de los más comunes y puede resultar potencialmente peligroso para quien lo sufre, ya que implica que la respiración se detenga momentáneamente mientras dormimos. ¿Cuáles son los síntomas y tratamientos para esta dolencia? Toma nota de cuándo debes acudir a un médico para que valore tu caso y qué remedios existen.
Apnea del sueño: síntomas y tratamiento
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Los principales síntomas de la apnea del sueño son los ronquidos sonoros (aunque no siempre se dan), la sensación de cansancio a pesar de haber dormido las horas necesarias, jadeos al respirar, despertar con la boca seca, dolor de cabeza al despertar, insomnio, sueño excesivo durante el día, dificultad para prestar atención mientras estás despierto e irritabilidad. Es posible que, si duermes con tu pareja, ésta note que dejas de respirar durante unos segundos, algo que es difícil descubrir por ti mismo. Este es otro de los grandes síntomas de este problema. Si notas varios de estos síntomas, es hora de acudir a un médico que valore tu caso y te proponga soluciones.
Este trastorno puede deberse a distintos motivos y, por tanto, existen distintos tipos de apnea del sueño, tal y como recogen desde Mayo Clinic.
- Apnea obstructiva del sueño. Es el tipo más frecuente y ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan.
- Apnea central del sueño. En este caso, el motivo se encuentra en que el cerebro no envía a los músculos que controlan la respiración las semanas adecuadas.
- Síndrome de apnea del sueño compleja. Ésta se da cuando alguien padece los dos tipos anteriores a la vez.
Además, es importante conocer las causas de la apnea del sueño para que, si es tu caso, puedas controlar los síntomas. Por ejemplo, el exceso de peso u obesidad, ya que la presencia de grasa alrededor de las vías respiratorias puede oprimirlas y dificultar la respiración. Fumar es otro factor de riesgo que puedes controlar, así como el consumo de alcohol, sedantes o tranquilizantes. En cambio, otros, como tener el cuello ancho, la edad avanzada, los antecedentes familiares o la tendencia a la congestión nasal por la anatomía de nuestra nariz o por la presencia de alergias, escapan a nuestro control. Las persona con vías respiratorias estrechas son también más propensas a sufrir apnea del sueño, así como los hombres: la incidencia en los varones es entre dos y tres veces mayor que en el caso de las mujeres.
Es importante acudir a un profesional para evitar posibles complicaciones. Incluso el simple cansancio durante el día puede provocar que seamos más propensos a sufrir accidentes, además de afectar a nuestro rendimiento, humor, salud mental y calidad de vida. Otro riesgo asociado es el cardiovascular: los 'picos' de presión que se producen cuando se genera un descenso súbito de los niveles de oxígeno en sangre hacen que la presión arterial aumente y que se sobrecargue el sistema cardiovascular. Por eso las personas que sufren apnea del sueño son también más propensas a sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular, latidos anormales del corazón o incluso muerte súbita.
Por último, el tratamiento para la apnea el sueño variará en función del tipo de apnea y de la gravedad del caso, así como de las causas concretas que la provoquen. A veces basta con cambiar de hábitos: dejar de fumar, llevar una dieta saludable y adelgazar, o tomar medicación contra la alergia. En otros casos es necesaria cirugía para abrir una vía aérea bloqueada. También existen terapias como la 'Presión positiva continua de la vía aérea (CPAP)', a través de una máquina que envía presión de aire mientras duermes, en forma de máscara. Otra opción es utilizar aparatos bucales diseñados para mantener la garganta abierta, más cómodos pero menos efectivos.