Cristina necesitó traqueotomía y casi fallece, ahora lucha desde hace un año contra el Covid Persistente
Hay 300 síntomas de covid persistente catalogados
Superó los trombos pulmonares, lo más grave, pero aún queda mucho
Cuando despertó, Cristina solo podía mover los pies para comunicarse
Cristina visita el hospital Severo Ochoa de Leganés cada día desde hace un año cuando tuvo el coronavirus. Hoy toca neurólogo. Tiene una parte de la cabeza paralizada; sufre calambres y dolores intensos. Todas las semanas tiene que recibir una inyección en la cabeza. Es el tratamiento de las migrañas graves.
La doctora Beatriz Barcenilla nos cuenta que son muchos los jóvenes a los que atiende con cefaleas muy graves crónicas que sufren pérdidas de memoria, falta de concentración, apatía y dolores musculares muy fuertes. La migraña y la cefalea son típicas de jóvenes, pero lo que no es normal es que tras el coronavirus haya tantos que se quedan con esas secuelas; jóvenes antes sanos que nunca habían tenido antes dolores de cabeza.
MÁS
Carmen Juan, especialista de medicina interna covid: "Hay que tener miedo a esta enfermedad"
Cristina tiene 37 años. Y lo peor no es el dolor de cabeza, lo peor es que se siente como una persona mayor incapacitada. No puede ni pasar una bayeta. Cuando está cocinando se tiene que parar a pensar el siguiente paso. Cuando va en coche se tiene que parar para ver por dónde tiene que ir. No se trata de trabajar, que no puede, se trata de vivir como antes.
Ella iba al gimnasio, trabajaba y cuidaba de su marido y su hijo como si tuviera cuatro manos. Ahora es imposible, y la incertidumbre de no saber cuándo se curará, aumenta su pesimismo y la invalida todavía más. Ha superado los trombos pulmonares, ha sanado una válvula del corazón o el encharcamiento de pleura, pero sigue teniendo una úlcera en la que cabe una mano que necesita dormir con botox, disnea, tos e hipo persistente y así una lista terrible de síntomas de un catálogo que ya se asocian al covid persistente
Carmen de Juan es su doctora de medicina interna en el mismo hospital. Nos cuenta que hay muchas mujeres de jóvenes o "mediana edad" que están sufriendo esas secuelas de la enfermedad. Es muy preocupante porque hay "mucha gente totalmente limitada" para toda la vida o mucho tiempo. Por eso hay que tener mucho "respeto y miedo a esta enfermedad".
Cristina quiere que su ejemplo sirva de alerta
Cristina quiere que su ejemplo sirva de alerta. Porque ella con 37 años y sin patologías previas, casi se muere. "Que no se lo tomen a cachondeo, que hay gente que ha muerto, que se ve pero es más fácil mirar para otro lado", comenta. Los médicos alertan a los jóvenes y no tan jóvenes que creen que no les va a tocar. "Le puede pasar a cualquiera" dice David Roa el intensivista que vio a Cristina intubada durante 16 días en la UCI.
Cristina recuerda el despertar con terror. No sabía lo que había ocurrido, ni el tiempo que había pasado. No podía hablar porque le habían hecho la traqueotomía. No podía moverse, solo con el tiempo consiguió girar los pies para comunicarse con las enfermeras.
Poco a poco y después de meses pudo moverse y volver a vivir aceptablemente. Se le cayó el pelo y ya no consigue que le crezca dignamente. Pero ya sale a la calle con su pañuelo en la cabeza y ha conseguido incluso atreverse a dar su testimonio en televisión. "Ya no soy la que era, aunque paso a paso peleo por conseguirlo". Puede que los jóvenes mueran menos de covid, pero lo que está claro es que cada vez hay más con covid persistente, totalmente incapacitados para vivir con una mínima calidad de vida.