Qué son los anticuerpos, claves en la recuperación frente al coronavirus: tenemos 5 tipos
Los anticuerpos luchan contra agentes extraños como virus o bacterias
Existen cinco tipos de anticuerpos: IgM, IgG, IgA, IgE y IgD
Desde que surgió el coronavirus, numerosos estudios se han dedicado a investigar todas sus facetas: su origen, cómo se contagia, cómo afecta a las personas... pero sobre la inmunidad frente al SARS-CoV-2 todavía hay muchos frentes abiertos.
Diversos investigadores afirman que las personas que superan la enfermedad desarrollan unos anticuerpos que los hacen inmunes a futuros contagios, pero es algo que todavía no se ha demostrado científicamente, se desconoce cuánto tiempo duraría esta inmunidad y si realmente evitaría una posible reinfección.
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Pero antes de comprender el complejo tema de la inmunidad frente al virus, es necesario hacer una parada en los elementos que lo harían posible: los anticuerpos. Hace unos meses esta palabra no estaba en el lenguaje habitual de casi ninguna persona y ahora se ha convertido en parte de nuestro día a día pero, ¿qué son los anticuerpos?
Como recogen diversas webs especializadas, los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas, son proteínas que elaboran nuestros glóbulos blancos con el objetivo de luchar contra agentes extraños, como puede ser un virus (el SARS-CoV-2), bacterias o toxinas, que supongan un peligro para la salud de nuestro organismo.
Desarrollan un papel clave en la lucha contra los agentes extraños, conocidos como antígenos, y como consecuencia favorecen al correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Así, un déficit de anticuerpos puede favorecer la aparición de infecciones.
Existen cinco tipos de anticuerpos
- Inmunoglobulina M (IgM): se trata del primer anticuerpo que genera el organismo y está presente sobre todo en la sangre y en el líquido linfático, con el objetivo de luchar contra nuevas infecciones
- Inmunoglobulina G (IgG): este anticuerpo predomina en nuestra sangre y su función es protegernos de las infecciones víricas y bacterianas, además de eliminar toxinas y sustancias producidas por procesos inflamatorios
- Inmunoglobulina A (IgA): en este caso predomina en las mucosas, sobre todo en las vías respiratorias y el tracto gastrointestinal, además de en la saliva, las lágrimas y la leche materna. Este anticuerpo es elevado ante la presencia de alérgenos, ya que reacciona en este tipo de problemas alérgicos, y también es habitual en las personas con enfermedades autoinmunes, donde su sistema inmunológico se ataca a sí mismo a través de sus propios anticuerpos
- Inmunoglobulina E (IgE): está habitualmente en la sangre en pequeñas cantidades, que aumentan cuando el organismo combate una infección por parásitos
- Inmunoglobulina D (IgD): este es el último anticuerpo y el menos conocido y del que menos información se tiene. Está presente en pequeñas cantidades en la sangre