Un estudio desvela que cuatro de cada diez personas son inmunes al coronavirus sin haberlo pasado
Un estudio publicado por la prestigiosa revista científica 'Cell' abre una nueva variable en la carrera por encontrar una vacuna efectiva contra el SARS-CoV-2
Comprender la inmunidad adaptativa al SARS-CoV-2 es importante para el desarrollo de la vacuna, interpretar la patogénesis de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y calibrar las medidas de control de la pandemia. Y por ello el informe 'Targets of T cell responses to SARS-CoV-2 coronavirus in humans with COVID-19 disease and unexposed individuals', da un poco de esperanza al desvelar que un 38% de las personas sobre las que se realizó el estudio, todas ellas sanas, tenían inmunidad celular, de forma que sus cuerpos, pese a no haber tenido contacto alguno con el SARS-CoV-2, contenían una defensa celular importante.
Los guerreros inmunes conocidos como células T nos ayudan a combatir algunos virus, pero su importancia para combatir el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, no ha sido clara. Ahora, dos estudios revelan que las personas infectadas albergan células T que atacan el virus y pueden ayudarlas a recuperarse. Ambos estudios también encontraron que algunas personas que nunca se infectaron con SARS-CoV-2 tienen estas defensas celulares, muy probablemente porque previamente estaban infectadas con otros coronavirus.
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"Estos son datos alentadores", dice la viróloga Angela Rasmussen de la Universidad de Columbia. Aunque los estudios no aclaran si las personas que eliminan una infección por SARS-CoV-2 pueden evitar el virus en el futuro, ambos identificaron fuertes respuestas de las células T, lo que "es un buen augurio para el desarrollo de inmunidad protectora a largo plazo. Los hallazgos también podrían ayudar a los investigadores a crear mejores vacunas.
Los equipos también preguntaron si las personas que no han sido infectadas con SARS-CoV-2 también producen células que lo combaten. Thiel y sus colegas analizaron la sangre de 68 personas no infectadas y descubrieron que cerca de un 40% albergaba células T auxiliares que reconocían el SARS-CoV-2. El equipo de La Jolla detectó esta reactividad cruzada en aproximadamente la mitad de las muestras de sangre almacenadas recolectadas entre 2015 y 2018, mucho antes de que comenzara la pandemia actual. Los investigadores creen que estas células probablemente fueron provocadas por una infección pasada con uno de los cuatro coronavirus humanos que causan resfriados. Las proteínas en estos virus se parecen a las del SARS-CoV-2.
El resfriado común provoca una pequeña inmunidad residual
Los resultados sugieren que "una razón por la que una gran parte de la población puede lidiar con el virus es que podemos tener una pequeña inmunidad residual de nuestra exposición a los virus del resfriado común", dice el inmunólogo viral Steven Varga de la Universidad de Iowa. Sin embargo, ninguno de los estudios intentó establecer que las personas con reactividad cruzada no se enfermen tanto con COVID-19, según explica Science.
La inmunidad de grupo o de rebaño, de todas formas, está muy lejos. Los primeros estudios en España han detectado anticuerpos en la sangre del 5%-10% de la población. El récord lo tendría Nueva York, con un 20%, muy por debajo del 40-50% necesario para hablar de inmunidad de rebaño.