Los efectos secundarios de la dexametasona: nunca comprarlo sin receta en la farmacia
La comunidad científica advierte que no sirve para prevenir el COVID-19
Su efecto es válido para los pacientes graves, pero no ataca al virus, si no a la inflamación
Puede causar problemas mentales graves, estrés, neumonía y falta de visión, entre otras muchas adversidades
Esta semana, en la que el mundo vuelve a preocuparse tras los rebrotes de coronavirus en Pekín y en la cercana Alemania (otras 700 personas han sido aisladas en Gotinga), la Universidad de Oxford hizo un esperanzador descubrimiento: la eficacia de la dexametasona, un tratamiento ya conocido que se ha mostrado efectivo en lucha contra el COVID-19 pero que, debido a sus numerosos efectos secundarios, no debe comprarse sin receta en las farmacias.
Concretamente, la mejoría se ha constatado en los pacientes con coronavirus que presentan una sintomatología grave y que, tras la inflamación pulmonar que provoca la tormenta de citoquinas, necesitan un respirador, pues, un tercio de los mismos han presentado alivios respiratorios con la toma de este glucocorticoide sintético.
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Dada la tardanza de una vacuna contra el SARS-COV-2, la noticia es positiva; sin embargo, tanto Fernando Simón en España como otros epidemiólogos a nivel internacional, están llamando a la prudencia, pues la aplicación de la dexametasona todavía está en estudio y no se ha propuesto como tratamiento de forma oficial.
Problemas mentales, confusión y estrés
Así nos lo confirma a Informativos Telecinco una microbióloga de la UCM de Madrid: “La dexametasona, que se puede utilizar, por ejemplo, para tratar la artritis reumatoide, en un antiinflamatorio muy fuerte que no sirve contra el mismo virus, sino contra la inflamación exagerada que se produce en los pacientes más graves. Por lo tanto, no sería efectivo en una persona que padezca una infección de COVID, digamos, normal. Tiene muchos efectos secundarios, de todo tipo, y no es un medicamento para automedicarse”, asegura, en sintonía con las declaraciones de Daniel López Acuña, exdirector de la OMS, que dijo en Mediaset que “de ninguna manera podemos comprarlo en las farmacias”.
Efectivamente, la lista de efectos secundarios adversos es interminable y abarca casi todo el prospecto del medicamento. La dexametasona está totalmente contraindicada en personas, no sólo que padezcan una depresión maníaca o trastorno mental grave (como el bipolar), sino que tengan familiares que lo padezcan. Este corticoesteriode puede provocar problemas mentales (hasta la inducción al suicidio), confusión y estrés, aunque no en todos los casos.
De igual forma, reduce la respuesta inmunitaria del organismo ante las infecciones y, ya que es un potente antiinflamatorio pero no un antiviral, puede provocar neumonía. A nivel motor, puede causar calambres y debilidad muscular, pérdida de visión o visión borrosa en uno de los dos ojos. Todos los síntomas se agravan en el caso de las personas mayores y la dexametasona no debe tomarse si se tiene una patología grave previa, por lo que nunca debe ingerirse sin prescripción médica.