Coronavirus, la decisión más dramática a las puertas de las UCI
Los médicos decidirán en base a criterios como la edad o la esperanza de vida
Los pacientes con expectativa de vida inferior a 1-2 años serán valorados
Piden ingresar prioritariamente el contagiado que más se beneficie
"Hacemos un triaje de guerra", afirmaba a Informativos Telecinco, Sergio González enfermero en la Unidad de críticos quirúrgicos del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. La explosión de contagios de la pandemia de coronavirus podría colocar a estos profesionales sanitarios, con los médicos en primera línea de batalla, en la disyuntiva de tener que seleccionar a los pacientes contagiados como lo harían en un hospital de campaña: los que tienen posibilidades de sobrevivir y los que no.
La comunidad de Madrid, niega que esto esté ocurriendo. Su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, contagiada por coronavirus, negaba este viernes que se esté tratando a pacientes con coronavirus atendiendo a su esperanza de vida, y ha alertado de que hay "muchos bulos" y "falsedades".
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Pero desde las sociedades médicas profesionales, los especialistas de las UCI prevén que el coronavirus produzca un desequilibrio entre las necesidades clínicas y los medios disponibles, por lo que avalan establecer "un triaje basado en la justicia distributiva" en el ingreso de los pacientes, en base a criterios como la edad o la esperanza de vida.
Así se recoge en las "Recomendaciones generales relacionadas con las decisiones éticas difíciles y la adecuación de la intensidad asistencial/ingresos en las unidades de cuidados intensivos en situaciones excepcionales de crisis", de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), con el aval de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), al que ha tenido acceso Efe.
Para realizar el "triaje", estas sociedades científicas recomiendan seguir el principio coste-oportunidad para que admitir un ingreso no implique denegarlo a otra persona que puede beneficiarse más.
Por ello, piden evitar el criterio de "primero en llegar, primero en ingresar" y "valorar cuidadosamente" el beneficio de ingreso de pacientes con expectativa de vida inferior a 1-2 años.
En el caso de personas mayores, la valoración implica tener en cuenta su situación global o "edad biológica".
La Valoración Geriátrica Integral, las escalas clínicas de fragilidad o los índices de fragilidad pueden ser de ayuda para tal fin.
"Aplicar criterios estrictos de ingreso en UCI basados en maximizar el beneficio del bien común. Ante pacientes críticos con otras patologías criticas diferentes a la infección por COVI-19, se debe valorar ingresar prioritariamente el que más se beneficie", es otra de las recomendaciones.
Además, señalan no ingresar a personas en las que se prevé un beneficio mínimo (como situaciones de fracaso multiorgánico establecido, riesgo de muerte calculado por escalas de gravedad elevado, o situaciones funcionales muy limitadas, condiciones de fragilidad avanzada, etc.)
Los médicos intensivistas creen que los principios se deberían aplicar manera uniforme a todas las personas -y no de forma selectiva a los de perfil geriátrico o con patologías crónicas-.
Para "optimizar los recursos", abogan por "no ingresar pacientes que han dejado escritas voluntades anticipadas donde se rechazan medidas invasivas y piden comunicar a pacientes y familiares la "extraordinariedad de la situación y la justificación de las medidas propuestas".
Piden planificar acciones para dar soporte a los familiares y a los profesionales, dado el impacto emocional/ distrés (angustia) moral de estas decisiones que, "deben ser consensuadas en la medida de lo posible".
Ayuso: "Dentro de poco se notará el descenso de contagios"
Según ha aseverado la gobernante madrileña: "Me consta que la Sanidad atiende a todos los pacientes por igual, no se está seleccionando a nadie por nada".
Ha recordado que el personal sanitario lleva trabajando a "contrarreloj" durante semanas, y que la "vida de los hospitales continúa" y se siguen atendiendo infartos, partos o urgencias críticas.
"Hay muchos bulos, como que damos a los niños comida en mal estado o que tenemos plantas cerradas porque nos da la gana", ha denunciado Díaz Ayuso.
Por otro lado, ha afirmado que la previsión del Gobierno regional es que la próxima semana habrá suficientes camas disponibles en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para enfermos con coronavirus, y que "si llega material" también para la próxima, porque se podrá "seguir creciendo" en número de camas.
Ha señalado que la estancia de los pacientes en la UCI es larga, y por eso la sanidad madrileña necesita "tiempo".
En este sentido ha afirmado que se atenderá a los pacientes "muy graves" y no a los leves, porque es "donde está la clave de todo".
"Dentro de poco se notará el descenso de contagios masivos, pero faltan días, y los próximos van a ser muy duros todavía, porque se multiplicarán los casos", ha advertido Díaz Ayuso, que sigue en cuarentena al haber dado positivo en la prueba de coronavirus, la que le volverán a repetir en una semana, según sus cálculos.
Evitar que los hospitales sean amplificadores de la enfermedad
Pero la preocupación de estas sociedades profesionales va más allá del colapso de las Unidades e Cuidados Intensivos. Todo el sistema hospitalario está amenazado por la agresividad del COVID-19.
Por ello, el Plan de Contingencia elaborado por Semicyuc en colaboración con Seeiuc y en coordinación con los jefes de servicio de las UCI trata de dar respuesta a la problemática asistencial (reorganización estructural, recursos humanos y materiales), a la prevención de la infección en el personal sanitario y a la posibilidad de desarrollar líneas de n investigación relacionadas con la atencióa los casos graves, todo ello en "estrecha" colaboración con las autoridades sanitarias centrales y autonómicas.
Así, en el plan se detalla la acción conjunta y los protocolos recomendados para actuar ante cualquier situación derivada por la pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante el nuevo coronavirus. De hecho, los intensivistas que han coordinado el Plan de Contingencia consideran que este va a permitir a las UCI españolas estar preparadas si se produce un aumento del número de pacientes infectados que necesitan cuidados intensivos.
El plan diferencia cinco fases de respuesta a la pandemia, preparación, inicio, saturación, colapso y control de la crisis, para cada una de las cuales se ha determinado el procedimiento a seguir.
Así, por ejemplo, entre las medidas de la fase de saturación se aconseja la suspensión de toda la actividad electiva (cirugía, pruebas diagnósticas, consultas) en el hospital, valorar el descanso del personal de primera línea organizando el trabajo en turnos y un criterio de ingreso en UCI estricto, guiado por escalas objetivas y aplicando, si es necesario, los protocolos de limitación del tratamiento de soporte vital con el soporte del comité de ética asistencial.
El texto marca entre sus objetivos la limitación de la propagación intrahospitalaria del Covid-19 para proteger al personal sanitario y no sanitario de todas las UCI, evitar que los hospitales sean amplificadores de la enfermedad y proteger a los pacientes ingresados por causas ajenas a esta infección, a fin de mantener la capacidad de proporcionar atención médica esencial para todo tipo de casos y patologías. Finalmente, considera esencial la optimización de los recursos humanos de los Servicios de Medicina Intensiva.