La lava engulle Todoque y va lenta, pero inexorable, hacia el mar
La lava va a una velocidad de 120 kilómetros hora engullendo todo
La segunda lengua es la que ha obligado al desalojo de El Paso y Todoque
El director técnico del Pevolca: "Mientras haya deformación habrá erupción"
103 hectáreas engullidas, más de 6.000 evacuados en un camino inexorable. La lava se encamina hacia el mar, aunque la nube tóxica no se convertirá en un problema, según los expertos.
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La lava ya ha entrado en Todoque, una localidad, ya desalojada, de unos 1.200 habitantes, en el municipio palmero de Los Llanos de Aridane, a una velocidad de unos 120 metros por hora, por lo que la llegada del magma hasta el mar podría tardar mucho más de lo previsto. Inicialmente, el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, avanzó que podría llegar a la costa a las 20.00 horas de ayer lunes, pero no fue así.
La lava avanza más lento de lo previsto en su camino hacia el mar
El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, ha explicado este mediodía que la estimación del comité científico es que la lava avanza a unos 120 metros por hora, y no a los 700 que calcularon los técnicos de Involcan.
Morcuende ha detallado que la lava que mana del volcán discurre por dos lenguas, una de las cuales, la situada al suroeste, en Las Manchas, tiene "un movimiento mínimo", apenas unos 2 metros por hora, y el comité científico del Pevolca "duda" de que se vaya a reactivar.
La otra es la que avanza inexorablemente ladera abajo, y que ya ha entrado en Todoque, alimentada, además, por la nueva boca que se abrió en la noche de este lunes y que obligó al desalojo de los vecinos de Tacande, en El Paso. Morcuende ha explicado que el magma que sale de esta nueva boca es más fluido y se está encontrando "menos dificultades para moverse", porque lo hace sobre la colada proveniente del cono principal.
El director técnico del Pevolca ha concretado que la deformación acumulada de la superficie próxima a la zona de la erupción asciende a los 25 centímetros, un "dato muy importante para demostrar la tensión" en la cámara interior del volcán y que "nos dice que va a seguir habiendo erupción", ha subrayado. " Este es el dato fundamental", ha aseverado.
Morcuende ha eludido hacer cálculos de cuándo podría alcanzar el mar el magma y se ha remitido a la estimación del comité respecto a la velocidad a la que se desplaza, a unos 120 metros por hora, que si se atiende al tiempo transcurrido desde la erupción y lo que ha avanzado está "mucho más cerca" que los 700 metros/hora.
El director técnico del Pevolca ha abundado en que "habrá tiempo" para, en la próxima reunión, anunciar que "está a punto de llegar" al mar, entre otros factores, porque a su paso por el núcleo habitado de Todoque "encontrará obstáculos" y esto reducirá su velocidad. "No vamos a dar ninguna cifra, sino a esperar acontecimientos", ha zanjado.
Mareas vivas en luna llena
Morcuende ha apuntado también que con luna llena se producen las mareas vivas, que pueden tener influencia en el afloramiento de gases. Tampoco ha hecho una estimación de las viviendas afectadas por la erupción, porque "hablamos de un proceso dinámico", se ha excusado, y ha aguardado a que la lava atraviese Todoque, porque luego hay una zona de plataneras y entonces se podrán dar "cifras veraces".
En cuanto a los desalojos, ha valorado que se hayan producido sin incidentes y ha garantizado que las personas alojadas en los centros de emergencia están "abastecidas", "atendidas" y "absolutamente seguras".
Es más, ha desvelado que "ha sobrado comida", y que, por lo tanto, las personas evacuadas "se pueden encontrar más o menos cómodas", si bien están expuestas a "un choque psicológico que nosotros difícilmemte podemos curar".
Por lo demás, ha indicado que se estudiará la posibilidad de que personas de los núcleos evacuados y a los que la lava no llegó regresen a sus viviendas, siempre y cuando haya garantías de que exista seguridad para las personas.
Finalmente, ha valorado que las condiciones meteorológicas hayan ayudado, con frío en altura, incluso lluvias, porque, de lo contrario, "podríamos haber tenido problemas" en forma de incendios, que "son habituales" en casos de erupción.