Los servicios de inteligencia ucranianos acaban de difundir una repugnante conversación interceptada entre un soldado ruso y su esposa. "Bueno entonces, viola a esas mujeres ucranianas pero no me digas nada ¿vale?", dice ella. "¿Que las viole y no te diga nada?", contesta un sorprendido marido. "Sí, tienes mi permiso, pero usa protección", contesta la mujer mientras bromean sobre la violación de mujeres y niñas ucranianas.
La violación sistemática es un arma de guerra que no vemos ni oímos pero es tan destructiva como la peor de las bombas y no ha tardado en ser utilizada por las tropas rusas. La defensora del pueblo de Ucrania denuncia que en uno de estos sótanos de Bucha tenían secuestradas a 25 mujeres de entre 14 y 24 años. Nueve de ellas están ahora embarazadas. Sótanos del horror en los que aparecen cientos de cajas de viagra, porque estas violaciones están sistematizadas. Un acto de guerra planificado para machacar la moral del enemigo, confirmado por las múltiples ONG que envían ayuda ya incluyen píldoras abortivas.