Arresto domiciliario para la capitana del 'Sea Watch 3' mientras los migrantes desembarcan en Lampedusa
Carola Rackete entró por la fuerza en el puerto de Lampedusa ante la imposibilidad de negociar
La capitana podría enfrentarse a una pena de entre 3 a 10 años de cárcel
Varios estados de la UE están dispuestos a dar acogida a los refugiados
La capitana del barco de rescate humanitario 'Sea Watch 3', Carola Rackete, se encuentra en situación de arresto domiciliario en Lampedusa y a la espera de un posible traslado a Sicilia, después de atracar el buque en el puerto por su cuenta y riesgo ante la imposibilidad de negociar el desembarco de los alrededor de 40 migrantes rescatados a bordo. Todos ellos han desembarcado ya en tierra firme y están en el centro de acogida de la localidad italiana.
El barco se encuentra confiscado y los inmigrantes ya están recibiendo atención médica, según ha explicado el portavoz de la ONG Sea Watch Ruben Neugebauer. Aún no está claro cuál será el destino de los inmigrantes. Varios estados miembros de la Unión Europea, entre ellos Alemania, se mostraron dispuestos a dar acogida a los refugiados.
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La capitana fue arrestada por violar, durante su entrada por la fuerza en el puerto de Lampedusa, el artículo 1100 del código de navegación: resistencia contra barcos de la autoridad, lo que conlleva una pena de entre 3 a 10 años de cárcel. Sin embargo, Rackete no ha sido acusada de intento de naufragio por embestir supuestamente contra una patrulla policial durante su entrada en el puerto, tal y como ha denunciado el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini.
Según las imágenes captadas por los medios italianos, un bote patrullero de la Guardia de Finanzas intentó obstruir la entrada del 'Sea Watch 3', pero finalmente acabó encajado entre el barco de rescate y el muelle, con su tripulación dentro. Salvini ha acusado a la capitana de poner en peligro las vidas de los agentes involucrados.
A bordo del barco también había varios diputados italianos que tocaron tierra junto a los inmigrantes. El parlamentario del Partido Democrático Graziano Delrio explicó que Rackete quería haber entrado horas antes pero le pidieron paciencia por si se resolvían las negociaciones para desembarcar a los migrantes en puerto seguro. "Al final, nadie le dio permiso y la situación se había vuelto demasiado crítica, por lo que la capitana decidió entrar en el puerto", ha explicado en comentarios recogidos por 'La Repubblica'.
El diputado de Izquierda Italiana Nicola Fratoianni ha lamentado la situación. "Esta odisea finalmente ha terminado pero ¿cómo es posible que hayamos tenido que llegar a esto? Han visto lo fácil que ha sido desembarcar a 40 personas. ¿Cómo es posible?", se cuestionó.