Convertir tu viejo coche a GLP ( Gas butano y propano a presión) puede ser una opción ante los precios de los combustibles y la conciencia verde. Una alternativa para los que no pueden permitirse un coche eléctrico es modificar el vehículo de gasolina para que funcione con GLP. Con ello obtendrá la etiqueta ECO y al mismo tiempo ahorrar hasta un 45% al repostar.

España, con un parque de vehículos de más de 15 años, esto de rehabilitar miles de coches que a partir de 2023 no podrán circular por 149 ciudades es también una opción verde, porque significa "achatarrar menos y reutilizar," que es la idea de "la economía circular", asegura Javier Navarro, presidente de la Asociación de Transformadores de Vehículos (ASTRAVE) .

Y a eso le suma que para implantar el GLP en un coche no hay que desembolsar una cantidad ruinosa, porque tiene "un precio interesante" y que contribuye a la mejora de la calidad del aire, porque expulsa menos gases y partículas contaminantes a la atmósfera.

"La inversión es muy interesante, en relación con el ahorro que se consigue y el tiempo de amortización". "Puede costar entre 1.400 y 1.500 euros", dependiendo del modelo y tipo de vehículo, explica a Informativos Telecinco el gerente de Gasmocion, empresa que se dedica a readaptar vehículos de gasolina a GLP desde hace varios años.

No solo se alivia el 'dolor' del bolsillo cada vez que vas a repostar con "el litro de gasolina a 1.80 aproximadamente, mientras que el de GLP "cuesta un euro", asegura Navarro, que añade la mayor autonomía que se consigue con el vehículo que funcione con gas licuado. "Con un repostaje se pueden hacer entre 600 y 700 kilómetros", asegura.

El empresario valenciano, defiende la alternativa del coche a GLP: "En primer lugar, se obtiene la etiqueta ECO para acceder a las Zonas de Bajas Emisiones que, a partir de 2023, estarán en 149 ciudades de España, además de que se ahorra entre un 40 y un 50% respecto a uno de gasolina."

Además, se puede instalar en la mayoría de los vehículos de gasolina, que estén fabricados a partir del año 2000, aunque estos no podrán obtener la etiqueta CEO, Los fabricados desde el 2006 sí accederán a la etiqueta ECO.

En el caso de los diésel, sube ligeramente el precio de instalación y solo se puede hacer en los que cumplan la normativa EURO 6, es decir, a partir de 2017. Lo más recomendable es para coches y furgonetas de gasolina.

La intervención técnica para convertir un coche a GLP no es compleja, ni habrá que cargar con una bombona llena de gas incordiando en el maletero, como algunos imaginan.

"El depósito se instala en el espacio de la rueda de repuesto y se reposta igual que un coche a gasolina al instalarse "una segunda boca situada en el mismo espacio que la de la gasolina. No quita espacio del maletero y es absolutamente seguro", afirma Javier Navarro, un entusiasta de esta tecnología.

El vehículo a GLP todavía tiene mala prensa: hay quien piensa que podría explotar, que es uno de las primeras cosas de las que hablan lo que no saben. La tecnología ha avanzado mucho y ese es un escenario imposible.

Navarro rechaza de plano esta posibilidad y me habla de que la instalación "tiene hasta tres válvulas de retención que regulan la cantidad de gas que sale". "Los vehículos GLP son absolutamente seguros", la idea de que podían explotar "es algo antiguo"

De hecho, subraya que "se han realizado pruebas con los bomberos en caso de accidente, incluso con golpes en la parte donde está ubicado el depósito del GLP y no ha explotado. De hecho nunca va a explotar un depósito", asegura.

"En España estamos atrasados en esto, pero en Alemania e Italia circulan miles de coches que funcionan con GLP desde hace años."