La historia de Arrokoth, el objeto más lejano detectado en el confín del universo
Una nueva aproximación a Arrokoth cambia la forma de explicar la formación de planetas
Este objeto es el más lejano y primitivo jamás observado por una sonda en el Universo
Arrokoth, antes conocido como Ultima Thule, es el objeto más lejano y primitivo jamás observado por una sonda en el Universo, y está situado en el cinturón de Kuiber, a 6.400 millones de kilómetros del Sol. Este pequeño confín del Espacio, que la sonda New Horizon de la NASA logró fotografiar en 2014, se convirtió en objeto de estudio debido a que su órbita y posición se encontraban muy cerca de la trayectoria de la sonda, y tiene un diámetro aproximado de 33 kilómetros. Aunque este objeto se conoce desde hace varios años, el pasado 1 de enero de 2019 se produjo la aproximación más cercana a él, y el resultado ha obligado a modificar para siempre la teoría más aceptada sobre cómo se formaron los planetas.
Así, si la comunidad científica apostaba por la idea de que la formación de planetas se produjo por un choque violento de objetos que formó cúmulos cada vez más grandes hasta transformarse en lo que son hoy, las características de Arrokoth (un verdadero “fósil” para el estudio de estos eventos) invitan a pensar que este proceso fue mucho menos dramático y definitivamente menos sobresaltado.
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Arrokoth y su papel en la teoría sobre la formación de planetas
El estudio a este respecto aparece en la revista Sciencey se presentó en la última reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS), que tuvo lugar en Seattle. En este contexto, Alan Strern, investigador principal en este estudio, aseguró en declaraciones para la BBC que “antes estaba la teoría predominante de finales de los años 70 de colisiones violentas y una teoría mas reciente de acumulación suave”. “Ahora la primera se hizo polvo y la otra es la única que sigue en pie. Esto rara vez sucede en la ciencia planetaria, pero hoy hemos resuelto el asunto”.
Así, el análisis realizado por Stern y su equipo no pudo encontrar evidencia alguna de un impacto violento en las imágenes tomadas de Arrokoth el pasado 2019. Tampoco se detectan fracturas por estrés, ni hubo ningún aplanamiento, lo que indica que los objetos se juntaron suavemente. "Esto es completamente decisivo", aseguró Stern. "De un solo golpe, el sobrevuelo de Arrokoth pudo decidir entre las dos teorías”.
La confirmación de esta teoría parece bastante fiable teniendo en cuenta que, según asegura el científico, estos objetos del cinturón de Kuiper han permanecido en gran medida igual desde la formación del sistema solar. Serían algo así como “fósiles” perfectamente conservados, en este caso, con una edad estimada de 4 mil millones de años.
La nueva teoría de aglomeración suave fue, en realidad, desarrollada hace 15 años por el profesor Anders Johansen en el Observatorio Lund en Suecia, que por aquel entonces era un joven estudiante de doctorado que llegó a tal conclusión a través de simulaciones por ordenador. Ahora todo indica que su teoría se confirma de forma definitiva.