En mayo de 2000, todo el pueblo de San Fernando de Cádiz se volcó contra Iria y Raquel, dos amigas menores de edad que asesinaron sin ningún pudor y por pleno placer a su amiga Klara, también de 16 años. En televisión se pudo ver su detención, cómo se cubrían las caras, cómo recibían gritos de odio y cómo tuvieron que llevarlas en un coche camuflado para evitar la avalancha de los vecinos.