En un apartado oculto de su ordenador, Iria, una de las dos asesinas de Klara, guardaba una serie de 35 cuentos con historias de asesinatos. Entre ellos se encontraba un relato en el que dos amigas asesinaban a un tercero tras realizar juegos satánicos: "el cuento terminaba diciendo 'no nos va a pasar nada porque somos menores de edad y psicópatas", asegura Agustín Sibón, el forense del caso.