Pasado el primer año de vida de Martina, sus padres tienen la certeza de que a su hija le pasa algo. Martina, un día se desenvuelve perfectamente en sus cosas cotidianas y al siguiente ya no . Tras la visita al pediatra, Mrina y Francisco llevan a su hija al neurólogo. Desde el primer chequeo, el doctor es muy claro con ellos. La cosa no pinta bien y, aunque no es capaz de darles un diagnóstico, les pide que la niña se someta a una prueba específica.
Francisco y su mujer esperan los tres meses más angustiosos de sus vidas. Cuando por fin obtienen los resultados, estos no son buenos. Martina tiene Síndrome de Rett, una enfermedad rara que afecta a una de cada 10.000 niñas. La pequeña tiene los órganos del cuerpo bien, pero no puede coordinarlos. No habla, no camina y lo que es peor, la pérdida de sus capacidades es progresiva. Como es lógino, los la vida y los planes de futuro de esta familia se vienen abajo cuando obtienen esta información. Sin embargo, necesitan sacar fuerzas de donde sea para seguir adelante.