Jessica Bueno ha vuelto a la casa de Guadalix de la Sierra convertida en la jefa de campaña de Luitingo de cara a la final de la octava edición de ‘GH VIP 8’ y ya ha pasado las primeras horas junto a él. Un tiempo en el que se ha visto la tremenda complicidad que existe entre ambos.
A él no se le borra la sonrisa de la cara cuando está junto a ella y no puede parar de dedicarle miradas de cariño y alguna que otra caricia. Están recuperando el tiempo que han pasado con creces y es muy complicado verlo al uno sin el otro.
Pasan mucho tiempo juntos y ya han tenido oportunidad de hacerse alguna que otra confidencia. Una de ellas se la dijo la modelo al cantante poco después de terminar el debate de ‘Gran Hermano VIP 8’.
Después de que Ion Aramendi despidiera el programa, los concursantes se quedaron varias horas hablando y ella no dudó en contarle una cosa que dejó a Luitingo completamente asombrado y con la boca abierta.
Luitingo quiere saber muchas cosas del exterior y no dudó en interesarse por la relación que Jessica Bueno tiene con los padres de este. Ella le contó que se llevan muy bien y le hizo una confesión de lo más sorprendente.
“Cuando salí, yo pedí el número de tus padres para llamarlos, para hablar con ellos, para conocerlos, porque son tus padres y quería saber cómo estaban y todo eso”, confesaba la modelo, despertando la curiosidad del finalista de ‘GH VIP 8’, que no tardaba en interesarse por lo que había hablado con ellos.
“Tu madre, bien, me dijo cosas muy bonitas”, declaró Jessica Bueno. “Mi madre tiene pasión contigo. Cuando veíamos el 24 horas, siempre me decía que estabas guapa con cualquier cosa que te ponías”, declaraba Luitingo, sacando una sonrisa a su jefa de campaña.
Pero eso no es todo. Además, la exnuera de Isabel Pantoja declaraba que el padre de Luitingo había tenido un detalle con sus hijos: “Les ha regalado tres calcetines de Navidad llenos de chocolatinas”, apuntaba ella.
“Qué bonito, carajo. Mi padre debe estar contigo como si hubiera visto a Whitney Houston”, declaraba Luitingo, que disfrutaba como un enano de su reencuentro con la mujer de la que declaró hace unos días que estaba enamorado.