La cara de Desi era todo un poema cuando se fue Álvaro. No podía soportar despedir a su amigo, mientras que Igor, la persona que más detesta en la casa se alzaba como finalista: “Me jode un montón. No quiero ser finalista con éste... Hubiera preferido que se hubiera largado él antes que Nacho”, le comentaba a Susana, que le recomendaba una actitud más positiva, ya que ella también había conseguido llegar hasta aquí.
La flamante finalista admite que lo que más le dolería no sería perder, sino que el vasco se llevara el premio: “Para mi sería una patada en el hígado que ganara él. Me importa una mierda ganar o no, pero que gane él... “. En el confesionario, explicaba algunos de los motivos por los que odia a Igor: “Ni me ve como una mujer ni me va a tratar nunca como una mujer”. Además, no oculta que lo que más le gustaría de ganar el concurso sería la satisfacción de “darle en la cara a todo el mundo”.
Alegría e incredulidad ante la gran final
Igor felicitó educadamente a Desirée cuando se enteró de que ambos habían llegado a la final. Posteriormente, en el confesionario, manifestaba su alegría con lágrimas en los ojos y daba las gracias al equipo por esta experiencia: “Es una sensación tan diferente que no sé muy bien cómo reaccionar ante ella… Me hicisteis sentir especial y eso solo lo consiguen personas que son especiales. Sabéis cuidar a la gente y sabéis hacernos sentir valorados y de verdad que me llevo mucho de eso. Muchas gracias”
Por el ‘confe’ también pasaron el resto de finalistas. “Me siento la persona más especial del mundo. No me lo puedo creer”, celebraba Raky. Su amiga Susana también se siente como en un sueño en este momento que califica de “perfecto”: “Si esto es así no puedo pedir más”.