Aunque le ha dicho a sus compañeras que Suso no le gusta –y ellas les parece que la morena de Pamplona va demasiado rápido en lo que a los chicos se refiere- lo cierto es que Sofía no puede despegarse de él. En cuanto le ha visto en el jardín, le ha empezado a dar besitos en el cuello y Suso, por supuesto, se los ha devuelto.