Dice una una bonita canción: “Lo mismo te echo de menos que antes te echaba de más”. Con Susana está ocurriendo justo al contrario. Y el proceso es sorprendentemente rápido.

En los días posteriores a la expulsión disciplinaria la vimos llorando por los rincones: "Me duele porque le voy a echar de menos pero sobre todo por él, porque se debe sentir supermal".

Sin embargo, en la última fiesta ya parecía dispuesta a hacer borrón y cuenta nueva: “Me siento liberada de que Danny no esté aquí”.

No le faltan voluntarios en la casa para ayudarla a recomponer su maltrecho corazón. Primero Edo y ahora Gonzalo han intentado ligar con ella pero de momento, con ninguno de ellos ha surgido el amor. Parece que Carlos, el gemelísimo, sí tendria alguna posibilidad. Ha llegado a decir que le gusta mucho más que su hermano y que, para ella, está asumiendo el papel que tenía Danny en la casa, lo cual no es moco de pavo.

Por otra parte, la desaparición de Danny es uno de los misterios más recurrentes en la casa. Los que conocen un poco a Mercedes Milá saben que no bromeaba sobre su expulsión. A partir de ahí todos son suposiciones. Raky y Sonia han llegado a la conclusión de que consiguió contactar con el exterior con el email o el móvil. Sólo Juan Carlos se ha acercado a la verdad, ya que le escuchó hablar de las dos portadas de su novia que había "apalabrado"