Este madrileño de 32 años quiere demostrar que la cultura no está reñida con Gran Hermano y se define como fan del programa: "No me importa llamar la atención pero me gusta sentime cómodo con mi ropa". Como él mismo dice, quiere darle una bofetada a cierto sector del arte contemporáneo: "Vivo por y para el arte. Organizo exposiciones por toda España". Entre sus aficiones están el flamenco, la lectura, el arte, el cine, la televisión y viajar.
Israel, su mejor amigo, le define como especial, dinámico y loco. Su aspecto forma parte de su personalidad y llama mucho la atención. Para Álvaro, "la amistad es lo más imporante de la vida".
"No me gustaría encontrarme con alguien machista que hiciera de menos a las mujeres o a los gays".