Daniela decide compartir solo con Maica su 'curva de la vida' : "Perdí al amor de mi vida"
La concursante ha preferido no ofrecer su 'curva de la vida' al resto de compañeros
Daniela ha confesado cómo tuvo que separarse de su pareja tras varios altibajos
La expulsión ya es cosa de dos: así ha sido la reacción de la casa ante las salvaciones
Durante la gala de este jueves, Jorge Javier llamaba a Daniela para que se dirigiera al confesionario. Allí le comentaba el motivo: había llegado la hora de vivir su 'curva de la vida'. La concursante tenía dos opciones: verla en solitario en el 'confe' o compartirla con el resto de compañeros.
Daniela tomaba la decisión de verla sola, pero hacía una petición a Jorge: "Me gustaría que viniera Maica". Momentos después, la murciana entraba por la puerta para descubrir los momentos que habían marcado la vida de su amiga.
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La concursante ha empezado contando todo sobre su infancia: "Nací en Colombia. Mi madre me tuvo sola. Ella luchó mucho para traerme a Barcelona. Llegué con 5 o 6 años. Mi madre me pudo pagar un colegio de monjas y en ese colegio sufrí lo que se llama bullying".
Acto seguido, confesaba que el motivo de los ataques que sufría era que "no daba la talla físicamente": "Tenía miedo de que mis compañeros se rieran de mí o se burlaran, que me dijeran que tenía sobrepeso o que estaba gorda. Me dolía mucho porque llegué aquí con un corazón puro y por el daño que me han hecho he ido cambiando y me he ido haciendo más fuerte y poniendo cuidado de a quién dejo entrar".
No obstante, no todo fue sufrimiento. Hubo un momento que cambió su vida, la llegada de su padrastro: "Él dijo que asumía las consecuencias de que mi madre tuviera una hija y que me iba a cuidar como el padre que nunca había tenido. Gracias a él pude estudiar muchísimo. Fue mi padre por sorpresa".
Su etapa en Londres
Más tarde, se mudó a Londres para continuar con sus estudios: "Llegué a Londres y me tocó empezar lavando platos. Hice mi carrera universitaria y me enamoré de un inglés, fue la primera vez que me enamoré. Nuestra relación fue muy bonita, pero tuvimos altibajos. Llegó un momento que yo ya sentía que Londres no era el sitio donde tenía que estar", ha recordado.
Fue precisamente él quien le regaló dos gatos: "Uno de ellos se puso enfermo. No quería que mi gato de siete meses se muriera. Cuando veo a Shadow, que es su hermano, se me parte el corazón. A raíz de la muerte de Hugo caigo en depresión. Me hice una operación quirúrgica, quería retocarme ciertas partes del cuerpo. No me daba cuenta de que mi pareja me quería igual".
Despertar espiritual
Fue entonces cuando decidió volver a Barcelona: "Fue horrible, había perdido el amor de mi vida. No encontraba mi sitio. Fue cuando descubrí mi despertar espiritual. Me fui trabajando a mí misma. Decidí que lo más importante que tenemos las personas es lo que llevamos en el interior".
Pero todo esto le ha conducido hasta donde se encuentra a día de hoy: "Ahora soy una mujer de los pies a la cabeza. No importa lo pequeña que me hayan hecho sentir, eso me ha dado fuerza para estar ahora en 'Gran Hermano'. Voy a ir a por la final hasta que el público quiera", finalizaba.
Daniela se salva de la expulsión
Momentos después de compartir los momentos más duros de su vida, Jorge Javier le pedía a Daniela que acudiera de nuevo a la sala de expulsión. Tras la salvación de Juan y después de que el presentador le comunicara a Adrián que seguía nominado hasta el jueves, todo estaba entre ella y Ruvens.
La audiencia decidía que fuera Daniela la segunda salvada de la noche y ella alucinaba con el apoyo una vez más: "¡Me han vuelto a salvar!", gritaba al entrar en la casa de nuevo y celebrar su salvación con sus más allegados.