Durante una charla en el jardín entre varios concursantes, a Silvia se le escapó que vivía sola, haciendo sospechar a Elsa que en realidad no es novia de Lucía. Al darse cuenta también de lo parecidas que son físicamente, la de Bilbao acudió al confe a exponer su teoría y eso ha provocado la expulsión fulminante de la melliza rubia, que se ha tenido que marchar de vuelta a la casa secreta.
Que Elsa haya ido al confesionario a contar que pensaba que Silvia y Lucía no eran pareja, sino hermanas, ha decepcionado a algunos colaboradores, como Marta Peñate o Tony Spina, que creen que debería haber permanecido en silencio. "No me gusta esta chica… ante la duda mejor callar. Se ha cargado el sueño de una persona", ha tuiteado la exconcursante de 'GH', mientras que su novio remarcaba que consideraba que la vasca no debería haberse callado al ver a Lucía llorar, confundida tras la expulsión de Silvia.
"Me parece muy cobarde la actitud de Elsa de quedarse callada y no decirle a Lucía que su hermana está fuera porque las ha pillado", ha comentado Tony. Pero Miguel Frigenti no está de acuerdo con la pareja y se ha convertido en un inesperado defensor de la amiga de Edi. Inesperado porque hace tan solo unas horas reconocía que le caía "fatal": "Se cree la directora de orquesta con derecho a dirigirse a sus contrarios como una autentica chunga".
"No me ha gustado la actitud de Elsa con Óscar pero no entiendo el hate que le está cayendo por descubrir un secreto y hacerlo oficial. Para eso esta 'GH', para jugarlo. Ni que decir que tampoco tiene obligación alguna de hacer participe a sus compañeros de su estrategia", ha tuiteado el periodista, que añadía: "Lo que ha hecho Elsa con Lucía y Silvia es lo que debería haber hecho Maica con Luis y Nerea. Silvia entró en la casa oficial un martes y Elsa destapó su secreto un miércoles; no llevaban ni veinticuatro horas juntas. ¿Qué lealtad le debe?, ninguna".
Con estos dos tuits, el colaborador de 'El Debate de GH' ha salido en defensa de Elsa, que está recibiendo muchas críticas por haber primero destapado a las mellizas y, después, por haberse callado al ver a Lucía llorar tremendamente confundida tras la expulsión de Silvia.