Nadie se tragó en audiciones que Carlos Galí fuese “un corazón solitario”, pues nada más salir al escenario de ‘Got Talent’ se ganó varios corazones. Es un teleoperador que sueña con vivir de la música: “Es muy fácil pasar desapercibido y ser uno más”, se lamenta.
Quizás esta segunda semifinal sea el salto que necesita este artista para convertirse en un cantante profesional, por ello canta a piano una canción de Vetusta Morla, ‘Maldita dulzura’.
“La intensidad es un recurso peligroso. Tu voz es peculiar, pero si no regulas la intensidad, lo que me provoca es todo lo que no quieres provocar”, opina Risto Mejide. El resto del jurado parece estar de acuerdo.